Ángel
Ayer vi como el tren destrozó el carro de los recién casados que no pudieron escapar. Sus gritos no eran claros, pues el sonido de la locomotora cubrió la escena musical.
Estaba sentado en la banqueta, fumando en ayunas y dejando que el sol calentara solamente mis pies, cuando pasó esto.
Creo que la señora estaba embarazada y el marido, pues no era de estos lugares. El auto quedó a casi un kilómetro de distancia, pero la billetera del joven cayó casi de inmediato por la ventanilla.
He perdido mi trabajo hace dos meses, y el dinero que encontré me salvaría por otras semanas más. ¿Por qué si justo se casaron, les pasó esto? ¿Acaso dios me mandó el dinero a través de esta situación?
Ayer me pasé la tarde orando, pidiendo, siendo una oveja. Creo en los milagros, como también creo en las desgracias.
