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Bicicletas Sin Ruedas a la Deriva.

Hoy me he despertado y he visto el mundo con otros ojos, estabas tu a mi lado, y creo, que ese es el filtro que hace que todo sea menos amargo.
He soñado que Dalí pintaba los relojes boca abajo, y estos ya no se deshacían, que una mariposa gigante se posaba sobre mis parpados mojados y dejaba así caer los colores del arco iris. Los minutos ahora ya no existen y la pasión coge su virginidad y la pinta de blanco. Caballos azules cabalgan sobre mi cabeza mientras esta se convierte en agua de mar y todos mis chacras giran alrededor del Sol; guitarras vuelan y el blues flota como el humo de las drogas, llueve polvo y respiro. Mis dedos tocan las llaves del saxofón como aquel que toca el cielo con los pies en la Tierra; pero mis orejas se deshacen, mis manos también, los ojos caen y aterrizan en mis manos, me los pongo de sombrero y sigo caminando. Tropiezo con una batidora que remueve la atmosfera y al lado, una bola de cristal que refleja mis huesos ya cansados. Calavera. He encontrado una escalera que sube hacia el infierno y se mezcla entre las nubes, empiezo a escalar y mientras tanto como flores, azules, rojas, rosas, verdes, naranjas, pero amarillas no.
Tengo frío y me cubro de olas, abrazo el libro, tirito, y luego, me hundo; las lágrimas tan saladas se mezclan y el mar muerto ya respira.
El Sol y las estrellas duermen conmigo, la Luna nos arropa y el viento nos dispara, las leyes de la física se autodestruyen y los atrapasueños, ya no atrapan nada, están en huelga por falta de sentimientos.
Me pellizcas y despierto.
Tu sonrisa me deslumbra y el huracán que se escondía tras mis pupilas cesa. Las bicicletas sin ruedas han desaparecido y el olor a orégano quemado se escapa por debajo de la puerta. Los cardenales no duelen, pero el alma tampoco.
Me coges la mano y me das el único motivo para seguir, para no abandonar mi vida a mitad de la partida, me dices que soy maravillosa y que el mundo necesita mi sonrisa. Que los árboles y el mar son preciosos a simple vista, que no hacen falta polvos para darse cuenta de lo increíble que es el mundo. Que lo único que necesito para seguir es a mi misma.
Solm19 de mayo de 2015

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