A la poesía le sobran acondicionamientos y le sobran sentimientos. Todos los poetas al igual que tú, escribimos a base de dejar morir algo en nuestro interior, para aparecer por fuera, vulnerables.
No somos murallas, padecemos y morimos, como cualquier ser humano, pero tenemos la bendición de la palabra fluida, que nos hace abrir la espita del alma y librarnos de la presión que nos mata por dentro.
Este es sin duda un buen texto.
Un saludo.
03/10/15 06:10
Crónica de la sustitución de un vicio a otro.
¡Qué grande!
Vuelvo después de un parón de varios años y el primero que leo es el tuyo.
Gracias por hacerme quedar por estas tierras lejanas!
Un beso,
MariaDoloresUr.
04/10/15 03:10