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Massacre En Shangai Vol.1 "el Inicio Del Quinto Dragón" (continuación)

Cada oponente parecía servir de más duro entrenamiento, que utilizaban para enfrentarse entre ambos, lo cual era como un volcán a punto de estallar. Sumado a esto, “Flor de Loto” continuaba sumergida en la idea de recuperar de alguna forma ese dinero, ya que era como fallar al honor y deshonrar los antepasados.
En pocos días, ambos pasaron a la gran final, completamente preparados para el combate que les depararía, y del cual sentían muchas ganas de que fuese el momento para destruirse.
Todas las personas que conocían “La Massacre” sabían que eso sería un asesinato, ya que por lo general, en la pelea final del torneo era donde más sangre se derramaba, pareciendo un antigua circo romano, donde verdaderamente no había forma de escapar.

El día antes de la batalla final

David se había pasado casi todo ese día meditando junto a Song, transmitiéndose esa sabiduría, y esa fuerza mental que ambos poseían. Esta era la principal arma de todo maestro Shaolin, la de lograr una increíble fuerza mental, capaz de destruir objetos con el mismo poder del pensamiento.
Ya se estaba haciendo bastante tarde y era un día muy frío; le bella Wai Ling cerró todas las ventanas y cortinas de la casa, el viento gélido golpeaba bastante los vidrios. Ella había preparado algo de chocolate caliente, petición especial del malcriado David, que ya tenía una gran confianza con la muchacha.
De repente, escucha la terrible frenada de una camioneta Dodge en el patio de la casa. Esto empezaba a presagiar lo peor nuevamente, ya que estos tipos parecían no tener descanso y vivir constantemente a la defensiva, sin esperar el momento para demostrarlo.
La bella jovencita corrió hasta la habitación donde se encontraban el maestro y su aprendiz meditando, exclamando: - David, son ellos otra vez!! Vienen a buscarte! Vete de aquí, antes de que alguien salga lastimado –
Antes de que el muchacho pudiese responder, los hombres entraron a la casa, arrojando gasolina por todos lados y procediendo a prender fuego, primero las cortinas, incendiando las paredes y objetos valiosos.
- Así que aquí es donde vive el maldito viejo Song… linda pocilga viejo infeliz!!! – decía Jiangxi, fumando un cigarrillo y con una 9mm negra en mano.
- Qué demonios es lo que quieren ahora!! Mañana combatiremos, déjenos en paz por dos malditos segundos!! – empezó a gritar David, protegiendo a las dos personas que eran las que más sufrían estas consecuencias.
- Danos el puto dinero ahora mismo! O juro que mataré a ese viejo infeliz, y a esa jovencita primero me la llevaré y le haré probar lo que es bueno en la cama! Jajajaja –
- Tu mismo padre, el intocable jefe Han fue el que hizo el trato conmigo, tú no eres quién para decidir qué hacer… deja de meterte en esto, y prepárate para la pelea de mañana. Cada vez estoy más convencido de que tienes miedo de perder, por eso actúas de esta manera… - agregó David, mientras la casa continuaba quemándose cada vez más.
- Yo no le tengo miedo a nadie!! – gritó enfierecido Jiangxi, disparándole al viejo Song en medio del pecho y apuntándole directamente a Wai Ling a la cabeza, sonriendo sin titubear nada más.
El muchacho vio y fue testigo nuevamente como otro de sus mentores estaba muriendo desangrándose en el piso, víctima de la misma maldita persona, que parecía gozar asesinando gente, que era lo único que lo saciaba físicamente.
Con una mirada penetrante, David se centró en Jiangxi, viendo éste que por fin y de una vez, podría hacerlo reaccionar. Una batalla en medio de todo ese ardiente fuego estaba a punto de desatarse.
- Deténganse… por favor se los pido, no lo hagan. Mañana es la pelea, allí podrán demostrar quién es el mejor. Ya basta! – decía la joven Wai Ling, llorando sin parar.
Ambos entendieron que sería lo mejor, además que resultaba ser para lo que habían entrenado durante tanto tiempo. Pero para David, el torneo ya no sería igual, habían apuñalado sus sentimientos una vez más, y su odio crecía también, pasando de una actitud a otra completamente diferente, sin querer escuchar a nadie e inmerso en el más profundo deseo de venganza.
Jiangxi y los demás hombres se retiraron del lugar, sin importarles demasiado la cuestión; pero eran las reglas a las que había que atenerse, y eso David lo supo perfectamente desde el momento que había llegado. Por tal motivo, tampoco el detective Bob Cooper actuaba en esto, ya que era un completo suicidio. Aquí no era cuestión de orgullo, sino de reconocer la impotencia ante semejante amenaza.
David y Wai Ling escaparon rápidamente de la casa, junto a Song, el cual no había muerto aún, pero ya su agonía era muy grande.
La casa no tardó en caerse a pedazos, ya que era demasiado lo que resultó quemado y no podía recuperarse. La impotencia cada vez era más grande, y eso era lo insoportable.
Obviamente, no pasó mucho tiempo para que el sabio anciano muriera, debido a la terrible herida provocada y además por su mismo estado de salud que no le permitía vivir un segundo más.
La ira y la sed de venganza crecían cada vez más, ya faltaban pocas horas para la batalla final y lo único que pasaba por la mente de ambos era una supremacía destructiva, sin importar más nada previo.
- Demonios!! El dinero! – expresó David, entrando a la casa nuevamente, tras los gritos desesperados de Wai Ling de que no lo hiciera.
El muchacho entró al intenso infierno que era allí dentro, abrumado por la enorme muralla de humo que no permitía avistar absolutamente nada. Pero todo se vendría la basura si no encontraba el dinero que Mad Dog le había encomendado.
Por suerte, ese dinero se encontraba bajo la cama en la habitación de Wai Ling, en un enorme maletín de cuero negro, por lo tanto pudo estar alejado del resto del fuego, aunque resultaba sumamente difícil entrar a la habitación, a causa de las llamas que rodeaban todas las paredes.
David entró sin importarle más nada, tomando el maletín que se encontraba al lado de la cama que de a poco se comenzaba a caer en pedazos también y saliendo de vuelta, arrojándose por la ventana, ya que una intensa ola de fuego empezó a consumir en un segundo todo el lugar. Había caído casi de cinco metro con el maletín, lleno de vidrios rotos que lo perseguía, pero por suerte pudo salir completamente ileso. La casa ya se encontraba totalmente destruida.
En menos de dos horas ya había amanecido y el día por fin había llegado. Tras lapidar a Song en el mismo lugar del accidente, dándole su último adiós y en parte, pidiendo disculpas por no poderlo proteger, David y Wai Ling se fueron de allí, haciendo lo que mejor sonaba en ese momento: ir a entregarle el dinero al detective Cooper, ya que en sus manos estaría mucho más seguro.
Éste se alojaba en un barato motel, en la zona más comercial de la ciudad, donde se podía notar una civilización bastante pacífica y trabajadora, con un buen nivel de vida. Hasta allí fueron los jóvenes, en busca de la única ayuda que tenían.
Tras despertar al hombre, que aún pensaba dormir un par de horas más, los dos pasan hasta la habitación, donde pedirían el inmenso favor, que a decir verdad, representaba una gran responsabilidad; pero las cosas eran así, y era el momento adecuado para que la ayuda se hiciese notar.
Vestido con una camiseta blanca y su mal abotonado pantalón marrón arrugado, el hombre que se encontraba fumando un cigarrillo “Texas Flavor”, dice: - Es bastante complicado lo que me pides David… lo sabes –
Arrojando el maletín al suelo, el muchacho se acerca y expresa: - Maldita sea Cooper!! Desde que nos conocimos nos has hecho una maldita cosa por ayudarnos, si era así más vale te hubieses quedado en América y serías más útil para la sociedad. Dijiste que te quedarías aquí para asegurarte de nuestra seguridad y desde que llegaste nos matan casi como 20 veces. Asesinaron a Song hace pocas horas, ¿eso es protegernos?... Tan solo te estoy pidiendo que me guardes el maldito maletín hasta que termine la pelea; allí sabremos según el resultado si se lo quedan ellos o se queda conmigo –
- Tienes razón muchacho… siento el haberles fallado de esa manera, pero no bajes tu confianza en mí, prometo que los protegeré hasta terminar con este caso – agregó el hombre, apagando su cigarrillo en un vaso de vidrio.
Por la cama y por el piso podían verse restos de cigarrillos de marihuana y botellas de whisky vacías y semi vacías, lo cual demostraba que el detective no estaba pasando por su mejor momento, habiendo casi perdido la noción del trabajo y hundiéndose cada vez más.
- No todo está perdido Cooper; necesito que me ayudes hoy. No solo seré yo el que pelee, sino que ustedes también, asegurándose que todo estará bien y que saldremos vivos de aquí – decía David, con confianza aún.
- Cuenta conmigo muchacho! El sheriff de toda Oklahoma llegó a patear traseros!! – expresó Bob Cooper, repitiendo la mítica frase de Henry Fonda en la película “El hombre de Fort Knox”, señal de que todo volvía a encaminarse como debía ser.

“LA MASSACRE”

El día había llegado, había que ser fuertes para afrontar la situación que venía, sin mirar hacia atrás en ningún momento.
Tras una larga ceremonia de apertura, con los maestros shaolins más ancianos, rezando una oración de bendición al torneo, todo estaba preparado par dar inicio a la batalla final.
David se había encontrado meditando desde muy temprano, muy concentrado en lo que tenía que hacer. Éste llevaba puesta una bincha de color blanco y los pantalones negros, colores que utilizaba el mismo Mei Chu en sus tiempos de luchador.
Por su parte, Jiangxi entró con sus habituales pantalones negros, con la insignia del dragón rojo, y su habitual máscara en la cara, que en los últimos tiempos se había convertido en una enorme pesadilla, que despertaba los más oscuros temores.
Tras entrar al círculo del ring, ambos luchadores se encontraban frente a frente, donde una especie de árbitro daba por comenzada la pelea, ya que durante el resto de la pelea no volvía a intervenir. La batalla se estaba desatando ante la mirada fija de todos los que consideraban esa pelea como la más violenta en mucho tiempo.
Jiangxi comenzó atacando con bastante violencia, arrojándose sobre David, lanzándole unos cuantos rodillazos a la altura del estómago, logrando una gran efectividad y a la vez, demostrando lo veloz que era en la batalla. Esto sorprendió bastante al muchacho, ya que no se esperaba que Jiangxi acertara tantos golpes en su primer ataque.
La confianza que tenía era plena, pero debía encontrarse en el mayor grado de concentración, como le había enseñado Song, lo cual era fundamental para sacar adelante la pelea.
Al darse cuenta que la mejor defensiva era el ataque, el muchacho comenzó a atacar a base de golpes de puño sumamente rápidos, que casi no se veían de tal velocidad; varios de estos eran detenidos por Jiangxi, pero algunos pudieron lograr ser impactados, demostrando que éste podía poseer igual o mayor velocidad en varios casos.
El jefe Han miraba la pelea bastante entusiasmado, al ver que Mei Chu había entrenado muy bien al muchacho, y Song lo había perfeccionado, convirtiéndolo en un guerrero bastante complicado al que enfrentar.
Por su parte, Wai Ling y el detective Cooper tenían plena confianza en David, pero también sabían que el riesgo que corría era sumamente grande, no pasaba por la cuestión de orgullo, tan solo era lograr escapar de una situación semejante.
Jiangxi se quería dejar de juegos, por lo tanto empezó a atacar sin parar, lanzando toda clase de golpes, con una exquisita técnica, perfeccionada durante años.
Estas eran consecuencias que David soportaba sufriendo bastante, ya que no era capaz de detener todos los golpes lanzados por éste y a tal velocidad. Cada patada de el enmascarado parecían golpes de varios caballos de potencia, era increíble la capacidad de lucha a la que había llegado un hombre ordinario.
Varias veces cayó al suelo, pero el muchacho sabía que no debía permanecer mucho tiempo allí, ya que significaría su ejecución directa; resultaba bastante grande el esfuerzo que hacía por mantenerse en pie, soportando cada nuevo golpe.
David estaba perdiendo completamente la concentración, y si no lograba recuperarla no podría sacar adelante la batalla, por lo tanto decidió que era tiempo de enfocarse nuevamente y pensar en lo que había ido a buscar, para lo que entrenó toda su vida.
El muchacho empezó a buscar su tranquilidad interior, quedándose totalmente quieto y calculando el próximo movimiento de Jiangxi, el cual fue un salto con una patada “hacha” hacia el medio del rostro, que pudo ser esquivada por éste, reaccionando con una patada giratoria, tomando al rival desde el cuello y arrojándolo al piso con una violencia brutal.
David había logrado reaccionar de una muy buena manera, aunque tenía el rostro lleno de sangre, y los ojos empezaban a nublarse. A partir de allí, intentó lo último que Song le había enseñado.
Elevando su espíritu al máximo nivel, el muchacho intentó reunir los poderes del agua, del aire, de las nubes y el fuego, concentrados todos en un solo golpe mortal llamado “La muerte silenciosa”.
Esta técnica era sumamente arriesgada, sobretodo practicándola a la velocidad que David pretendía, ya que originalmente ésta requería su tiempo para realizarla.
Pocos de los espectadores podían ser conscientes de lo que el muchacho pretendía hacer, por el hecho de que algunos ni siquiera conocían tan terrible técnica, y otros no creían que fuese capaz de hacerla (más aún siendo un simple blanco americano…)
Jiangxi se levantó del piso, corriendo hacia David, dispuesto a realizar un terrible golpe llamado “El corte final”, donde se golpeaba al enemigo con los puños en forma de cuchillos. Gran parte de sus técnicas tenían que ver con armas cortantes.
David esperó hasta que éste estuviese lo suficientemente cerca para lanzar su golpe, logrando acertar el pecho de Jiangxi, que de todas formas logró acertar también su golpe, arrojando al muchacho al piso. Era increíble, pero el enmascarado se había quedado inmóvil, sin poder respirar más, mirando a su padre sin poder creer lo que había sucedido.
La agonía duró solo un par de segundos más, momento en el cual Jiangxi cayó arrodillado al piso, desplomándose para siempre. Era la primera vez en la historia de “La Massacre” que alguien utilizaba tan exquisita e infalible técnica asesina.
David Noah había ganado la pelea, aunque tardó algo de tiempo en recuperarse de tal golpe recibido. Lo había logrado; mató al poderoso hijo del intocable jefe Han, que si se remontaba a tiempos lejanos, podía haber sido el hijo del mismo emperador.
Wai Ling y el detective Cooper entraron al ring a abrazar al muchacho, quien había logrado lo imposible. Ahora se conocería la verdad del asunto, y qué sucedería.
Tras finalizar el combate, tres de los más prestigiosos monjes shaolins entraron a entregarle a David el bastón de oro, perteneciente a la dinastía del emperador Qin. Esto además, demostraba algo de lo que muy poca gente vivía para ser testigo… la reencarnación de “El quinto dragón”; el máximo luchador por excelencia, que aparece cada cuarto de milenio.
El jefe Han bajó de su palco especial, donde miraba todas las peleas, dirigiéndose al muchacho, que había ganado el pacto que habían realizado, aunque no había que fiarse mucho de este peligroso hombre.
- Mataste a mi hijo… - expresó el hombre, que tenía puestos unos lentes de sol y estaba fumando un cigarrillo.
- Cumplí con lo que vine a hacer, ahora volveré a América junto a mi nueva familia – respondió David, sin titubear en ningún momento.
- No eres “El quinto dragón” muchacho, estás muy lejos de serlo todavía. Pero veo que entrenaste a la perfección, aunque… no volverás a América así nada más, todo tiene su precio. Sé que puedo quitarte el dinero y nada más, que era lo único que me interesó desde un principio, pero ahora además tendré que matarte por lo que hiciste – agregó Han, arrojando su cigarrillo al piso e intentando sacar su arma.
Antes de que lograra hacerlo, el detective Cooper puso a prueba sus reflejos, disparándole tres veces al poderoso hombre, el cual cayó violentamente tras los impactos de bala recibidos.
Tras hacer esto, rápidamente disparó además a los dos hombres que siempre solían protegerlo, sus eternos guardaespaldas también fueron un tanto más lentos que Cooper, quien fácilmente pudo deshacerse de ellos, en un acto de heroísmo único.
El torneo “La Massacre” había terminado rindiéndole honor a su nombre, ya que todo había concluido en una terrible matanza, destruyéndose por completo el reinado de la familia Han, desbaratando además al principal líder de la triada “Flor de Loto”.
- No puedo creer que alguien haya sido capaz de hacer esto! De verdad creo que un Dios existe… - expresaba Wai Ling, abrazando fuertemente a David.

La ciudad de Tulsa (Oklahoma) tres días después…

Los tres decidieron que debían volver e instalarse en América, siendo un cambio bastante importante para la joven Wai Ling, que era la primera vez que salía de su lugar de origen, pero era lo más conveniente, siendo lo único que le quedaba como una especie de familia.
Tenían bastante dinero para vivir bien por largo tiempo, además David podía realizar el sueño de toda su vida, poner un dojo e instruir a personas que pudiesen alguna vez seguir sus pasos. Ya era el momento para que él vuelque sus conocimientos sobre otros, demostrando la fuerza que hay que tener para el combate.
- Me muero de hambre, vayamos a comer algo. Muero por probar Mc Donalds americano – decía Wai Ling, bastante feliz en su nuevo hogar.
- Creo que esa es una muy buena idea – asintió Cooper, quien había cumplido con su trabajo, resultando finalmente una gran ayuda.
Los tres fueron en un taxi hasta el Mc Donalds más cercano, lugar que no era muy frecuentado por ninguno de los tres, ya que no formaba parte de sus hábitos, como cualquier persona ordinaria.
Tras pedir las hamburguesas más grandes de todas, con sus respectivas papas fritas y la enorme gaseosa con la que viene acompañadas, David propuso un brindis por estar nuevamente en casa, sanos y salvos.
- Después de esto debes recuperarte muchacho; hiciste un gran esfuerzo en tu estadía en el Oriente. Estoy orgulloso de ti – decía Cooper, chocando su vaso contra el de éste.
Casualmente, en la mesa de al lado se encontraba la bella Lucy Worthington, ex pareja de David, que estaba compartiendo con otro hombre en ese momento, sin pensar remotamente que el muchacho podía encontrarse allí. Pero la situación ya era diferente, demasiadas cosas pasaron en los últimos tiempos, la actitud de éste había cambiado en gran forma, por tal motivo no había razón para molestarse.
- Hola Lucy… - expresó David, pareciendo no tener remordimientos sobre nada; además, sabía que gran parte de la culpa de su distanciamiento se debió a él.
- Hola David… ¿cómo estás?... a decir verdad no esperaba encontrarte aquí – exclamó la bella mujer, un tanto incómoda con la situación.
- Son las vueltas de la vida ¿no? Te presento a mi nueva familia, el detective Bob Cooper y mi compañera del alma Wai Ling. Gente… saluden a Lucy, es una buena persona – agregó David, demostrando que todo estaba bien y ambos podían continuar una nueva vida.
Una vez un hombre sabio dijo que la fuerza interior solo puede desprenderse del ser humano en la medida que sepa enfocar toda su mente y se entregue por completo al espíritu. Aquellos que sepan aprovechar su oportunidad, serán los más valientes y alcanzarán el máximo poder.


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Soulvalentino12 de abril de 2009

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