Tras la tormenta y el barco roto
Navego con la última suerte de diciembre
Que me evitó naufragar.
Y aunque el invierno resultó duro, triste, gris
Aparece en primavera, de entre las nubes
Sol de Abril, tenue y claro
Alegres rayos que acarician mi pelo mojado
Mis ojos, mis manos...
Aquel mismo que hace años nació en verano.
Hoy sol me encuentro a caballo
Entre la rabia impotente de verte tan lejos sin poderte alcanzar
Y la inmensa alegría de sentirte a mi lado.
Pero mañana por la tarde
Daré las gracias a mi suerte, detendré mi barco
Y esperaré a que bajes aquí conmigo en al mar.
