Como fuegos artificiales, así tengo el corazón "Pom pom popom popopopopopopom" latiendo despacio al principio, calmado y pacífico, y rápido y estallando al final cuando te recuerdo. Cada vez que intento volar caigo, mis alas cada vez se hacen más pequeñas al igual que mi corazón estruendoso y potente poco a poco se va parando muriendo de frío, congelandose en un halo de tinieblas y puñaladas, no quiero quedarme con un traidor.
Eso típico que dicen de: "Cuando quieres a alguien y te enamoras de otra persona vete con la segunda que escogiste" con nosotros no funcionará porque yo no quiero dar más por nadie que ni si quiera me besa sinceramente cuando me folla.
No quiero al traidor que deja a su chica porque se va con otra.
No quiero ser la otra.
Ni la chica.
Porque cada vez me acostumbro más a lo de siempre, creía que jamás iba a redimirme.
Pero es lo que hay, no quiero seguir sintiéndome como una furcia de lupanar barato, que busca su dignidad por cada esquina colocada hasta los ojos porque sino no se atreve a echarle tripas al asunto que emocionalmente le conviene (a veces) Por una parte sí, pero por otra no, porque te quieren un rato y eso te llena pero los ratos que no te quieren te sientes vacía e insegura y eso te destruye.
No quiero ser una prostituta mal querida que baila Living Dead Girl en una barra alumbrada por luces rojas y pintitas de bola de discoteca para que alguien la desee.
Quiero ser yo misma y que me quieras así.
Y si no ya te puedes ir al puto carajo, por donde has venido, ¡Corre, largo! amor de mierda, necesidad, carencia afectiva, falta de cariño, llámalo como quieras, pero que se aleje de mí con sus estupideces sus miedos y las inseguridades que me provoca, que se vaya de mí con esas mierdas que no me dejan ser yo misma.
Catarsis.
Intimidad personal, muy bueno.