En tiempos de pedir mucho y dar poco, no es ajena la palabra a esta rara realidad. No me quejo, yo la tengo, me pertenece desde el momento mismo en el que le imprimo vida y por eso no la pido, no ansío lo que tengo no pido la palabra, pido sus oídos. Sabemos que hay entre aquellos que la usan gentes que nunca la piden, gentes que la arrebatan sin cuidado, pero existe también, quien la recibe como presente de un pueblo, de una idea o por qué no, de un error.
Ella anda suelta, no discrimina idiomas ni colores, ni ánimos ni objetivos. Sea entonces Usted amable y en caso de cruzarla por aquí o por allí, trátela con cariño, hágala sentir importante y poderosa, porque es corajuda la muchacha, pero lejos no llega sin ayuda.
Yo te tomar? tu palabra como un preciado y la guardar? como regalo.
El mejor regalo que me pod?as hacer.
Es un texto original y muy inteligente.
Ha sido un gustazo leerte.
Se te agradece sudasudaca.