Porque fue como si se detuviese el tiempo. No había momentos pasados, no existían ruegos ni lamentos.
No recordaba a su cuerpo maltratado, su cabeza chocando contra el borde de la mesa, sus gritos aterrados; su alma rota en mil pedazos, condenada a ser de hielo, recuerdos amargos, ella acurrucada en un rincón intentando llorar en silencio, sin poder lograrlo y pagado por ello.
Pero allí estaban una vez más ella y él.
Ella llorando desconsolada, pidiéndole perdón sin saber la razón, diciéndole que lo amaba y que no la dejara
sin importarle los despiadados sucesos que antaño ocurrieron, ni los sabios consejos de aquellos buenos compañeros.
Una vez más volvía a creer que cambiaría,
que lo haría por ella,
Porque la quería
pero una vez más se equivocaba.
Él y su falsa sonrisa.
Primero lágrimas de cocodrilo recorrieron el curso de sus mejillas, ahora esta callado, sabe que ha ganado, se siente poderoso y finge pensarse si debería perdonarla o no.
Ya no promete no golpearla, se siente fuerte al hacerlo y de todos modos ella volverá a sus brazos llorando, una vez más, otra de tantas.
Un texto muy humano Sunbathe, que rasga nuestros sentimientos. Saludossss