TusTextos

Alimón (junto a Xavierpasqual)

¿Quien eres tú? Das pena. Tienes suerte de que nadie sepa cómo eres por dentro o lo que piensas, cómo eres en realidad. Eres patética. Nunca llegarás a nada. Lo sabes. Y aún así te crees que eres alguien, que vales algo, que eres especial. Por favor, eres horrible. En todos los sentidos. Ni siquiera vales para demostrarte a ti misma que vales para algo y se lo quieres demostrar al resto. Quieres ser eternamente inmortal. Das asco. Risa. Yo soy la primera que se ríe de ti. Porque te odio.

Mírate. Nunca has sabido encajar en ningún lado. Siempre has estado por debajo. Solo vales para eso. No merece la pena que te sigas esforzando. Decías que el esfuerzo de vuelve en éxito... ¿Sabes cuál sería un buen éxito? Que dejaras de mentirte. Que te dieras cuenta de la realidad. Que despertases. Que eres una mierda.

Empieza a conformarte con lo que hay. Deja de soñar, deja de soñar despierta. Es muy triste. ¿Te crees que se harían realidad todas esas tonterías con las que sueñas? ¿Piensas que alguien va a quererte alguna vez? ¿Qué serás feliz?

Que te jodan. 29-12-16



Yo soy. A mordiscos y a bocados. Sobre la mesa. Matando penas a puñaladas. Esculpiendo a besos tu infinita locura. Caricias de miradas y silencios de cincel sobre tus labios. Aclamó la elocuencia de tus emociones, olas postreras que llegan rizadas al alba.

Siento tu lejana presencia en mis inexorables vivencias, surtidas de soledades, de espejos cóncavos, de imágenes pétreas en marmóreos recuerdos. Lienzo de sudores, revolcando carcajadas, en los pedestales de la noche. Subrayo tus palabras, tus frases, las atrapo en flurorescentes acertijos y en el mismo espejo de tu alcoba contemplo la nuda existencia de las emociones.

Dos ignorados desconocidos, en el mismo ruedo, al alimón cítrico de las bravas emociones, albero de suertes, capote de brega, pesada y rígida existencia, encorsetada, compartiendo una idea, crisálida rosa de soledad forzada que adivina, quizás, anuncios tempranos de claveles y paso dobles.
Verdades de encrucijadas, ensoñaciones, abonando con los entuertos el fuego vivo de tu alma, conspirando con tu ego, tu alter ego, tus locas ensoñaciones.

La felicidad. La ataraxia. Nuestra inacabada lista de deseos, cascadas de ilusiones. Nuestra mirada furtiva otea el futuro y olvida el rocío fresco de cada mañana. Contemplo tus pies desnudos, asomados, al pie de la cama, alcanzo a ver que este hoy, ayer, mañana, suspira renglones de posibles, coronando cumbres superadas.
Que nos empitonen los duendes, que nos traigan abalorios, jamelgos desbocados y aspas de molinos, ancha es la mente desbordada de emociones. 18-02-17




Eres tú. Casualidad dudosa de una locura desordenada y bella. Locura, siempre locura, porque nos hace no enloquecer. Cambio. Un experimento a dos, un no saber. De las primeras palabras sueltas que nadan por el cielo de la mente, de un esperpento que se desliza por el tobogán del valle que las lluvias de agua moldearon a su gusto, que resbala pero queda, sin más luces que las de las estrellas.

Hablar de dos, de uno, de una nueva existencia, eso es. Escribir es sonreír ante las ocurrencias que no se le ocurrieron a otro, y que los dedos las den forma de letras. Lo novedoso da escalofríos, y la boca saliva ante la ocurrencia, como al /ver un/ limón. Bendita coincidencia.

Pinceladas ligeras de un suspiro, que no pintan el aire, que no pintan el frío, que pintan la espera, esperanza. Una gama cromática de azules apasionados que se comparten en un abrazo en mármol.

Ser, no saber, no ser, saber, esa no es la cuestión. Incongruencias que se pegan, que se mezclan. Que nos aten de espaldas y nos amordacen la boca, y que nos entendamos por el lenguaje de los escalofríos y la piel de gallina, ¿por qué no? 18-02-17



Yo te escribo: Son las 05.17 H. Llego a casa. Fría noche de esperanza. Paseo por el jardín bajo los luceros, los luceros del alba, siento el pecho encogido. No acierto con la llave, ni veo la cerradura. Abro el buzón, perezoso de wifi de montaña, llegan dormidos los bytes, vueltas de buzón. Y en un clip encuentro tu cordial y hermoso saludo, tu sonrisa, tu avión de papel, de punta afilada, de alas que planean y alcanzan aterrizar en mis esperanzas.

Complicado y sencillo a la vez, son palabras del destino, remolinos de locuras, aciertos de la mente descabellada. Cantos de indios sioux en noches de hogueras. Humos lejanos, humos que como nubes ni sé de donde vienen ni quien las trae.

Amiga. No sé tu nombre. No importa, Pimpinela? O quizás Cachemira, o Atalaya, o Himalaya?. Es nombre de cumbres alcanzadas. No sabes cuánto me embarga el ánimo saber que la palabra es siembra y la palabra es fruto y es raíz, rama, tronco, savia, árbol. Tejiendo abrazos en los aires, apuntando al cielo como antenas, buscando tu sonido, tu eco, tu aliento, tu voz amiga y extraña.

Y detrás de estos setos de palabras, jugamos al escondite con las palabras, Sin sabernos ni conocernos, pero unidos a nudos de letras, como en puntos de cruz, tejiendo nuestros propios sayos enclaustrados.

Me haces zozobrar de alegría, de sentimiento, de energía, de luz y paramo, de fuente y escarcha, de rocío de manantial, sé que es solo un leve roce, pero es un roce que estremece y hace vibrar de nuevo los sentidos. Me alcanza el sosiego y el sueño placido y el goce del despertar inquieto.

Feliz voy tirando del carrito por las soledades del alma y buzoneando tu sonrisa lejana.

Y sin saber quienes somos ya somos limonero, árbol de palabras, de hojas al viento, colma mis ramas trinando de emociones, que colmaré las tuyas de flores y frutos. Como decía Machado, en su natalicio, mi infancia, la nuestra, serán recuerdos, de un patio de colegio, de aprendizaje, donde madurará el limonero.

Y algún día en el obituario de nuestras vidas amarremos nuestros cantos en arenas de playa, en coloridos paisajes de Derain, con la luz tibia de un atardecer de Mediterráneo. En calles de lienzos, de tórridos amarillos y naranjas, con perfumes de azahar.



Yo te respondo, siete horas y treinta y cuatro minutos después, no he podido evitarlo. Ruego me disculpes. Tu destino, me encanta. Te hacía más lejos, cruzando el gran charco, ahora la distancia me parece minúscula, media península, apenas parece nada. No es lejos para una sonrisa, quizá sí para una mirada.
Es extraño, como todo lo que no conocemos. Da miedo, engancha. Sigue imponiéndome tu despierta actividad, un torbellino de emociones que solo puedo imaginar como un rostro velado, misterio que no quiero querer destapar, pues se hundiría la magia.

No conoces mi nombre, dices. Me consideras amiga sin conocerlo, es un regalo envuelto del revés que renueva mi sonrisa, esa que consideras tan lejana, pero puedes sentir tan cerca. Tu imaginación me hace iluminar la mirada. Mi nombre no es ninguno de esos, los griegos lo advertían como la proclamación de cualidades tales como el valor, la fortaleza y el arrojo, o eso dicen, pero llámame Azahara, ya sabes por qué.

Y las sonrisas que entraron por mis ojos y se tradujeron en mis labios se mezclaron con unas gotitas que resbalaron por mis mejillas al ritmo de Simon and Garfunkel, nunca supe cómo actuar ante el silencio.

Pero basta de hablar de un yo, mi corazón me ruge que te sincere la felicidad que me obsequiaron tus palabras. Palabras que unen, se deshacen, se regeneran. Palabras que trago y saboreo, que refrescan como un helado de limón, y que también, a veces, son ácidas, como las dudas y el temor, la incertidumbre, la temida realidad que nos arranca los sueños y los destroza.

Vayamos, mejor, a un amanecer, que los atardeceres son despedida, que el sol se va y la luna siempre colecciona suspiros. Los amaneceres son comienzo, y el sol hace florecer la vida. 19-02-17



Despertar. Encontrarte. Renglones transgresores. Arco Iris. Piel de toro. Guisando. Meseta. Tierras de pan y vino. Vamos estrechando caminos. Cercanos. Póstumos. La magia somos nosotros. Sin rostro. Sin voz. Sin mirada. Son nuestras almas imperecederas. Latimos al compas de las ilusiones y de los sueños. Mensajes alargados que nos atraviesan el corazón y nos trasladan a paseos de olmos, de Dueros de poesía, de Castillas, de Granadas, no importa el tiempo ni el espacio somos los ínfimos átomos aurelianos que nos hacen inmortales.

Me diste en una frase el deletreo de tu nombre, pero no voy a escribirlo, lo atesoro, lo guardo, lo anhelo, como el primer beso, Amiga. Sí, amistad es compartir, acercar energías, colaborar, mirarse sin verse, oírse sin melodía, tocarse sin rozarse. Amistad es abrir puertas y ventanas, invitar y acoger, disfrutar y llorar, dar y recibir, es merecer, es aglutinar vivencias y experiencias. Es amistad silencio.

Me encanta sentir tu yo, tu locura, tu desvarío, tus temores y tus miedos. Disfruto de tu palabra, de tu dulce y refrescante limonada. Embriagado de tu perfume de azahar. Primaveras tempranas. Un andén. Un billete. Un tren que llega. Siento tu alborotada presencia, me regalas tus sonrisas a sorbos y llenas mi soledad de silencio con la elocuencia de tu verbo.

Ruges, me encanta¡¡¡ ruges como los felinos del Serengueti. Eres felina, mujer. Y natural es que sientas esa incertidumbre, la realidad que nos arranca los sueños y los destinos. La vida es arte. La vida es imperecedera cuando el arte la colma. El arte es nuestra inmortalidad. Nosotros, las plumas, los pinceles, los violines, perecemos, pero nuestras obras son infinitas, sempiternas, eternas. Nuestras obras son las que importan Mutilo su oreja, se suicido, pero eso no es importante, lo grandioso son sus girasoles, la habitación, terraza de café por la noche, en sus obras infantiles, traviesas, plasmo su vida, sin oreja. Quiso en vida un trofeo taurino, sin comprender que su propia vida era un lienzo, era un ruedo..

El miedo es propio de la existencia. Todos sentimos miedo. El miedo es la razón de nuestra supervivencia. Vivimos porque el miedo nos hace cautos. Nos protege de los abismos, de la obscuridad, de lo extraño, del peligro.

Atardeceres no son siempre despedida, Es el propio temor ancestral de ver partir el sol. Caer en la obscuridad de la noche y postrar los sueños dormidos en nuevos y radiantes amaneceres. La vida es un círculo, un ruedo. Olvidamos que en nuestro entorno natural están todas las respuestas de quienes somos. Somos vida. Principio y fin es la misma cosa. Ciclos eternos. Tiempos de tulipanes. Flores y frutos. Sol, agua, lluvia. Frío y calor. La vida es simple. Un lienzo y colores. Una paleta y pinceles. Lienzo blanco, negro, gris, de colores, de arco iris, de limones, solo depende de nosotros.

Perfumes. Azahar. Limón. Surcamos nuestra tibia existencia, entre oleajes y tempestades, sentimos que nos emocionamos y sentimos que nos almidonamos de rigideces perecederas. Somos solo quienes queremos ser.
Somos los únicos responsables de nuestros actos. Somos lo que hacemos, lo que nos ilusiona y deseamos. Somos una sonrisa o un llanto. Somos felices o desgraciados.

Somos un lienzo. Pinceladas de colores. El yo es nuestro lienzo.

Amiga, no dejes de escribir, de sentir, de volar.

Si la vida te da limones haz limonada.

14.41 H. 19022017.
Superandoloimposible19 de febrero de 2017

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