Cadáver Exquisito.
20 de junio de 2014
por superandoloimposible
El cadáver exquisito es un juego que idearon los artistas del dadaísmo para la creación en grupo. El juego consiste en comenzar un dibujo o un texto en un papel y doblarlo de manera que el siguiente participante sólo vea el final del mismo (unas líneas o unas palabras) para continuarlo sin saber lo que hay antes. El resultado es sorprendente y muy divertido. He pensado que sería una buena idea crear un cadáver exquisito entre los usuarios de esta página. Gracias a todos los participantes y los lectores.
CADÁVER EXQUISITO
¿Quién eres tú? Preguntaba a esa sombra extraña que se encontraba parada delante de mi. Pero, pese a mi insistencia, no recibía ninguna respuesta. Pronto me cansé de perder el tiempo y me dí la vuelta para observar el horizonte. El sol brillaba más naranja que nunca. Bajo mis pies había un desierto gigantesco de arena blanca, innumerables dunas enmarcando un pequeño charco y algún que otro escorpión cerca paseando con la cola arriba. Revisé la mochila y por suerte, pude palpar un bocadillo, una manta y una cantimplora grande. Me puse a andar porque tenía que cruzarlo para llegar a un pueblecito con muchas cabañas, leña y gente sonriente. Mi compañia era un silencio aterrador que ponía frente a mis ojos mis miedos, fantasmas que deambulaban cerca sin abrir la boca. Sabía que era un producto de mi imaginación y solo mi templanza podría conseguir que no pereciera en el largo camino. Cada uno me iba entregando algo: una botella de whisky, muchos billetes en una bolsa de plástico, ropa para el frío y calor, un folio en blanco con lápiz y goma de borrar, un teléfono móvil y una rosa. Pasaron las horas y el sol ya buscaba cobijo bajo la tierra. Ya estaba muy cansado y paré a descansar. Con mis manos hice un montón de arena con forma de cama y allí reflexioné sobre el pasado. La luna me inspiraba e imaginaba que podría escucharme. Llegué a la conclusión de que el pasado no se puede mirar con ojos de presente, así que cerré los ojos con la tranquilidad de haber borrado de mi mente aquellos pensamientos que ya no servían. Dormí hasta el amanecer de un tirón, como casi siempre me sucede cuando estoy libre de preocupaciones. Aquel viaje estaba resultando muy tranquilo. Eran días hermosos y me habían hecho olvidar las últimas angustias pasadas cuando decidí dejar atrás todo lo que me ataba a una vida que detestaba: mi ciudad, mis amigos y Marie, a la que seguía amando; pero era mejor también romper aquel único lazo que me causó dolor y abandonar definitivamente mi pasado. Me incorporé y miré por el ojo de buey del camarote. El mar estaba allí, un espejismo de los dioses, pensé mientras lo observaba, para cegar a los hombres y hacerlos creer que en su infinitud los hará más libres. Tras lavarme y afeitarme, subí a la proa a encontrarme con Phelps, el capitán de aquella fragata que ahora navegaba por aguas del Pacífico. Les estaba gritando órdenes a los hombres desde el puente de mando, para dirigir la nave de modo que evitara los escollos a ras de agua que tan bien conocía. Al oírlo, al ver ese cielo azul y la proa del barco rompiendo los farallones de agua que venían a nuestro encuentro, me sentí alegre. Levanté la mano hacia el capitán y le di los buenos días
sin saber que otrora,
su historia acuciaría la mía.
El futuro sería compartido
y las horas muertas,
un instante puede ser el universo
y el mismo un instante.
El amor surge de una mirada,
y el eco de su roce
mece el instante eterno
en el que un yo egoísta
se funde con un tú generoso.
Todo eso, ocurre en un instante.
Sentada en una cafetería, atisbando el horizonte desde la terraza mientras saboreo un café helado al caer la tarde, me doy cuenta de que aquellos ojos azules que me miran me están diciendo sin palabras que lo deje todo, que olvide mi casa, mi nombre y todo lo que soy, y que empiece de nuevo. Y lo hago. Me levanto, le tomo de la mano y nos vamos juntos sin mirar atrás. Y así, justamente, sin mirar atrás salio por la puerta, con un peso en su corazón como si arrastrara la propia casa, pero su orgullo le impedía volver, le impedía cruzar otra palabra más con esa persona, que amaba hasta cansarse, y para la cual siempre tenía fuerzas. No te ama como tu quieres, le dijo una voz desde su interior, como si su conciencia le quisiera dictar el nuevo camino a seguir, se sentó por un momento, reflexionó, había una historia entre ellos, y no quería disolverla, ya la desición estaba tomada...lucharía hasta lo último
por ese amor.
Hoja y silencio,
atardecer y mañana.
Luz y penumbra,
lado oscuro de luna.
Lado claro de sol,
dulce amor, mi vida.
Usuarios que han participado: Superandoloimposible, Silenciodeluna, Sandor, Polaris, Beth, Dairo y Vanished.
Lo siento por aquellos usuarios a los que no le llego el mensaje para particupar. Algún día crearé otro, lo prometo. Otro más grande.