Nunca he visto a un hombre morir, mucho menos he creado muerte con mis manos. Tampoco he estado cerca de la muerte, aunque hubo un tiempo que me llamó la atención. Al principio me pareció curiosa, ahora solo quiero escapar de ella. Y es entonces cuando pienso en el pasado, en todas esas guerras. Matar a un hombre era señal de victoria, no hacerlo significaba tu muerte. Imagino mis manos llenas de sangre, una mirada vencida clavada en mis ojos, gritos de súplica como única melodía. Nunca imaginaré lo que es acabar con la vida de una persona que no sea yo misma.
Se que si estuviera en algunas situaciones - todos sabemos a que me refiero - mataría toda alma que no me evocara recuerdos para salvar aquellas a las que quiero. Pero también se que lo haría con las manos temblorosas y con lágrimas en los ojos. Aveces me pregunto el significado de las luchas. Acabas con vidas, y una vez que solo quedais tú y tu espada ¿qué? ¿De verdad valió la pena ser el más feroz? Quiero creer que todas las personas que han acabado con una vida, aunque sea para salvar la suya, sienten algo de remordimiento. Aunque sea horror por haber acabado en tales situaciones.
Nunca he matado a nadie, ni se como los hombres son capaces de matarse entre ellos. 25-07-14
Es un tema complicado el que planteas.
No creo que yo llegaría al punto de matar por mucho odio y dolor que tenga, cuando el dolor lo inflige a una misma somos venevolos.
Pero hay de aquel como leona que toque a mis cachorros creo que por ellos se da todo
Buen texto niña.
Siempre en las guerras el más devil los niños son los que más sufren y como madre que soy eso duele y deja herida e impotencia.
Besos