Pobreza. Sí, estamos hartos de escuchar esta palabra. Unos viven en ella, otros quieren destruirla y otros creen que es mejor no hacerlo. Todos sabemos, o pensamos, que para acabar con ella hace falta solidaridad y dinero, por eso hoy vengo a hablaros de otro tema. Pobreza del sentimiento, me he permitido bautizarla.
No solo las relaciones amorosas se están viendo afectadas por esta crisis, sino toda la sociedad es víctima de sus consecuencias. No puedo explicar bien sus causas, pero es necesario que todos seamos conscientes del peligro que presenta. Nos vuelve indiferentes, egoístas, fríos... Nos aleja de esa sensibilidad que mantiene viva la esperanza en la palabra humanidad.
Hoy os presento un arma casi infalible para esta pobreza que, si bien no acabará con la injusticia de este mundo, sí contribuirá a ello. Es gratis, saludable y no requiere de un gran esfuerzo. Se llama sonrisa, y creo que no la usamos como deberíamos. Por eso yo os propongo sonreir, sonreírle a todo el mundo: al cajero que os acaba de atender en el supermercado, a la señora con la que acaba de chocarse en la calle por un descuido, a la madre que os ha hecho la comida o al hijo que ha puesto la mesa, a vosotros mismos cada vez que os miráis al espejo... Cualquier acto cambia si va acompañado por una sonrisa.
Por favor, concenciar a la gente, difundir este mensaje, o simplemente hacerlo vosotros mismos. Solo os pido que me ayudéis a que el mundo sonría. 19-06-15
Contad conmigo corazón.
Un bezaso:)