Un Asterisco. Dos Números.
Repasaba constantemente aquellos tres símbolos que a simple vista no significaban nada. Sin embargo, para mí lo significaban todo. En aquel estampado estaban ocultas sonrisas, lágrimas, conversaciones hasta altas horas de la noche, promesas, miedos... En ellos había guardada una historia corta de momento, pero muy intensa. Una historia de amor desafiante, de distancia, de imposibles y de ojalás.
Mientras subrayaba con cuidado todas y cada una de las líneas, pensaba en cómo era el amor, que se reflejaba perfectamente esos mágicos caractéres pues, aunque se desgaste la pintura, siempre habrá tiempo para repasarla y dejarla como antes. Es decir, aunque el amor de vez en cuando decaiga, siempre se podrá pedir perdón. Siempre habrá tiempo para los "te quiero" y para demostrarle a esa persona que es tu vida y que sin él/ella no puedes ser feliz. En cambio, si dejas que la pintura se desgaste del todo, hasta que desaparezca, ya no podrás volver a dibujarlo igual. Las líneas no serían iguales ni de longitud ni de anchura, ni estarían colocadas en el mismo lugar. De la misma forma, si no cuidas los detalles en una relación, si no "repasas" cuando "se va la pintura", el amor se perderá. Y si dejas que se pierda del todo, por mucho que desees recuperarlo no podrás, pues ya nada volverá a ser igual.
