Diario de un Caminante -
Jueves 5 de Agosto de 2010
Juana Díaz, Puerto Rico
2 Corintios 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Una hermana que me escuchó en la radio me comentaba sobre el programa de radio y como este había sido de ayuda para su vida. Su hijo acababa de ser sentenciado a pasar doce años en prisión. Cuando ella tuvo la oportunidad de conversar con él en una visita, su hijo le dijo: -Madre, perdóname, solo deseo tu perdón
Cuando niño solía correr por el patio de la escuela con el propósito de llamar la atención de mis compañeros. Un día me di cuenta que a nadie parecía importar mucho mis intentos por cautivar su interés. Recuerdo que ante mi frustración le dije a mi madre que nadie quería ser mi amigo y que deseaba me cambiara de escuela. Su consejo fue sencillamente que diera lo mejor de mí y que no me preocupara tanto por impresionar a los demás.
Decidí entonces conquistar mis complejos y dar lo mejor de mí intentando ser mas genuino. Según pasaban los días hacia mas amigos y mi inseguridad poco a poco iba desapareciendo. Cuanto agradezco a Dios los sabios consejos de mi madre. El amor de Dios es similar, es un amor que nos sana y nos ayuda a olvidar el peso de nuestros temores y aun la vergüenza de nuestro pasado.