La causa de la inquietud que lo entretenía, recordaba aquella minúscula calle en la que se encontró
sollosando de miedo, temblando de desesperación,
rehuyó su mejilla, y encontraba en su propia voz...
Abro los ojos hay una tibia soledad
no te veo
y te extraño y me enojo
un montón de sillas acompañan una mesa
en la que ya no estarás.
Una habitación guarda tus recuerdos y los nuestros
no dormi...
Si el agua que corre de esos ojos lastimasdos
dispersara las marcas que cada enojo dejó en tu rostro
tal vez el paso de los horas podría entibiar las palabras duras,
las tardes sin sonrisas, las no...
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