¡Me cago en tu mala sombra! ¡Qué no te muevas, coño!
― ¡Vale, vale! Tranquilícese, por favor. Haré lo que me diga, llévese lo que quiera.
Agustín estaba atacado de los nervios....
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar