Era una tarde fría de junio en las afueras de la ciudad de Barranquilla y Pablo, como de costumbre,
escribía algunos versos. Se encontraba sentado en un taburete, en la choza de paja en la cual
residí...
Es mi ciudad una plaza de monumentos
dedicados a la mediocridad del hombre.
De la triste historia quedan los cimientos,
de la triste historia del hombre pobre.
Es mi ciudad una lujosa madriguera...
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