Que las montañas que nos envuelven no son el limite de nuestros sueños. Que los miedos no son la
franja inaccesible. Que las caricias a veces saben a dolor y otras a ternura. Que ya no hay
monstruos e...
Aquella mujer (Mi amante), trataba de ahogarme, me regalaba su perfume embriagador y yo me
deleitaba. Las noches de amarnos eran exhaustivas, locas, apasionadas. Su cuerpo con curvas
definidas, su r...
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