Aquí, reunidos, de una
parte tú y de la otra yo,
sin más testigos, me
comprometo a amarte con
locura, tal y como hace
tiempo me has pedido.
Te amaré cada día
como sí fuese el
último y sabe...
¡Me cago en tu mala sombra! ¡Qué no te muevas, coño!
― ¡Vale, vale! Tranquilícese, por favor. Haré lo que me diga, llévese lo que quiera.
Agustín estaba atacado de los nervios....
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