El dulce filo que acaricia mis muñecas
las tiñe de rojo con un suave desliz
También se tiñen mis ojos...
de tinieblas tan inmensas que no caben en mi alma
De lo que ella era,
ya no queda nada.
Todo se perdió.
Ella se perdió,
pero ya no quiso encontrarse.
Ella brillaba todo el tiempo,
era una luz.
A pesar de la adversidad ella sonreía,
con...
¡Maldita sea!
He herido mi mano.
La mosca con alas rotas
por los aires no vuela.
El hombre sin su mano
no echa a volar su imaginación,
como las aves que se dirigen al norte.
No puede volar,...
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