Manoseé los tambores de tus pómulos,
enhebrando así la mueca de princesa.
Me acostumbro a apuntillar los baticulos
donde se amarraron nuestros corazones
para dar quehacer a las cerezas,
lidiando ...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar