Se ha muerto mi hijo.
No puedo engañarme:
mi hijo se está pudriendo
y yo no puedo evitarlo.
No soy como el padre eterno
que toleró la muerte del suyo
y ya ven, poco nuestro mundo ha cambiado.
Y...
¡Hola! Somos una comunidad de escritores aficionados. Nos reunimos aquí a mostrar y comentar nuestros textos. Descubrimos nuevas historias y nuevos amigos cada día. → Únete para participar