No lo digas,
ya que las palabras se las lleva el viento.
En tal caso, sugiérelo, vívelo, ahógalo
o mátalo en mi cuerpo.
No digas nada,
pero piensa que enseguida llega el momento:
hoy somos y m...
Ellos ya no están entre nosotros por motivos de mortandad. Sucumbieron como agua de mayo, como
aliento metalúrgico que se escucha tres segundos antes de sabernos volátiles. Sucumbieron mareados y
vil...
En ocasiones plasmar un pensamiento en el papel es tan difícil como encontrar un pato de porcelana
dispuesto a caminar inalterablemente por un campo de tiro paquistaní. Las palabras son la droga más
p...
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