Se apagaron los aromas
del barrio de Santa Cruz
por respeto a otro que asoma,
el que desprendes tú.
Las flores, patios y fuentes
ya no presumen de luz
ante un brillo más potente,
el que reflejas tú.
Y las gentes con asombro
murmuran de admiración,
por ver como alumbras todo
al salir del callejón.
(Para una sevillana chachi, la única capaz de eclipsar con su Luz a la Luz de Santa Cruz).