Cuando ya no puedas más, cuando el mundo realmente haya podido contigo y tengas la necesidad de desaparecer y de perderte en la inmensidad del universo te darás cuenta. Te darás cuenta de que aquellas palabras y aquellas frases de consolación que antes recibías están ahora vacías y yacen carentes de sentido. Sentirás que, aún rodeado de gente, estás solo. Te preguntarás que hacer para terminar con todo ese peso anclado a tu alma y con los pensamientos que te destrozan por dentro poco a poco cual parásito.
Yo te digo: Corre! Corre como nunca antes lo hayas hecho y no mires nunca atrás, mantén la mirada fija en el horizonte y no aminores la marcha por muchas barreras que te pongan delante, tan solo esquivalas y continúa tu camino. Avanza veloz hasta que te sientas libre y dejases atrás todo aquello que te perseguía, hasta que esos fantasmas queden en la lejanía y, por fin, estés solo.
Detente, para de correr y observa. Mira donde estás y no pienses, tan solo mira. Ya no hay que pensar, estás lejos de aquello y con otra sensación en el cuerpo. Disfruta el momento y olvida el pasado pues no es ya más que polvo. Se libre y se feliz hasta que una nueva sombra te atrape y no quede más remedio que volver a correr.
"Los malos momentos no son más que un mero transito entre un momento de felicidad y otro. Si no eres feliz siempre habrá algo que puedas hacer para cambiarlo, el que hacer solo depende de ti"
Muy bien dicho amigo...besitos.