TusTextos

Mamá

Mi madre siempre me ha dicho que soy fría y calculadora. Una niña sin sentimientos a la que nada le afecta.
Has llegado incluso a decir que soy una mala persona y que no me preocupo por el daño que pueda hacer a los demás.

Duras palabras ¿verdad? En realidad no son esas palabras lo que me duele, sino que al decirlas demuestra no conocerme en absoluto.

Yo sí me conozco, llevo 19 años haciéndolo y ¿sabes qué? No me considero una mala persona. ¡Claro que si me haces daño te voy a pagar con la misma moneda! Pero también te digo que si me demuestras que vales la pena pongo las manos en el fuego, lo apuesto todo porque, por muy fría que pueda parecer, en realidad soy una persona muy cariñosa. Todo lo que aparento es un escudo que me he creado y no porque yo quiera, sino porque lo necesito.

Hoy estoy aquí para contarte por todo lo que ha pasado tu hija, la fría y calculadora, aunque sé que nunca llegarás a leer esto y quizá por eso me animo a escribirlo.

¿Recuerdas cuándo tenia diez años? Decías que siempre estaba callada, ausente, apartada de la gente.
Esa niña estaba pasando por un infierno, un infierno del que tú podías haberla salvado, pero no, no podías perder un minuto de tu tiempo en una niña que "no quería ser feliz".

Me resulta increíble que pasase todo eso ante tus ojos y no te dieras cuenta de nada.
Estaban abusando de mí, mamá. La persona que pasaba días y días en nuestra casa, a la que tú diste tu confianza estaba abusando de mí.
Si tan solo me hubieses prestado un poco de atención...

La agonía duro un par de año más y entonces me vi lo suficientemente fuerte y valiente para pararlo todo y meterle una patada en los huevos al primer imbécil que intentara acercarse.

Ojalá todo se hubiese quedado en esa puta mala experiencia, pero la vida me tenía preparado algo más.

Cuando me animé a salir por primera vez con un chico yo ya tenía diecisiete años. Todo era perfecto, me escuchaba e incluso me atreví a contarle lo que me había pasado años atrás.
Pero al poco tiempo todo cambió y su actitud cariñosa se convirtió en posesiva. Exigía saber con quién hablaba, que ropa me ponía y dónde y cuándo salía.
"Lo hago porque te quiero" me decía y yo lo acepté, al fin y al cabo no sabía si existía otra manera de querer, nadie me lo había demostrado.

Me hacía sentir una puta por tener amigos del sexo opuesto, ahora me resulta frustrante haber estado tan ciega.
"Si no te quiero yo, quién te va a querer" La frase del mes que se repetía a diario, ahora lo pienso y me da por reír. Para que te quieran así es mejor que no te quieran.
Llegó incluso a decirme que si habían abusado de mi fue porque lo iba buscando. Obvio, una niña de diez años es lo que quiere... La situación era patética.

Y fue ahí cuando dije basta. Desde pequeña he tenido un carácter que, sinceramente, no lo cambiaría por nada, porque pocas cosas me asustan y por eso tuve el valor de decirle adiós, con la sonrisa más sincera que había puesto hasta ahora sin pensar en las consecuencias.
Recibí mensajes con diversos insultos, algunos muy creativos, todo hay que decirlo. Llamadas amenazantes y chantajes.
Pero mira, si hay algo que me sobra es chulería, que para algo nací en Madrid, así que no iba a permitir que un niñato controlase mi vida. Sólo hizo falta amenazarle con llamar a la policia para que todo acabara, cuánta simpleza...

¿Y ahora qué? ¿Sigo siendo fría y calculadora? Yo sé que no,a pesar de todo no han conseguido que me convierta en una persona que no quiero ser.
Soy feliz, disfruto de la vida junto a las personas que se tomaron el tiempo necesario para conocerme y darse cuenta que todo lo que se ve al principio es pura fachada.

No juzgues a las personas sin conocer toda su historia, si tienes tiempo para criticar dedica tiempo a conocer y quizá luego puedas hablar, "mamá".
Tiedra16 de marzo de 2016

Más de Tiedra

Chat