El Pez que Se Muerde la Cola
Vuelta de nuevo, esperando otra vez que la historia que se repitió hace tiempo vuelva a cambiar, esta vez con la mera esperanza de que aquel dicho de "todo tarde o temprano llega al que sabe esperar" se lleve a cabo.
Vuelvo a estos textos para desahogarme, pues desde hace tiempo no tenía esa necesidad de sincerarme, de desnudarme escribiendo todo lo que siento.
Volví a sentir que había una persona en mi vida, alguien a quien realmente esperaba despierto para poder ver su sonrisa, para poder notar la sensación de deseo de lo que no se ha tenido en tiempo, alguien a quien de verdad sentía que importaba, alguien que sin esperar nada a cambio, me daba las ganas de esperanzarme.
volviste una segunda vez cuando todo parecía perdido, cuando no tenía fuerzas de encontrar a nadie por mucho que valiera la pena, porque la mera idea de volver a sufrir, hacía añicos ese sentimiento de esperanza que dicen que siempre se tiene.
Volviste a aparecer, cuando ya nada tenía continuidad, cuando las aguas de aquella trágica tormenta dejaron un rastro visible de todos los restos de los sentimientos que sentí, pero llegaste tú, tú otra vez, con la bonita manía de hacerme sonreír, de querer compartir todos mis quehaceres contigo que pequeños fuesen, de volver cualquier detalle por pequeño que fuese algo de lo que hablar durante todo el día, un día que podía ser el más gris de toda la escala de grises existente, hacías con tu mera sonrisa, sacar el color más cálido que una sonrisa pueda plasmar.
Volviste a hacerme creer que esto no sería el pez que se muerde la cola, que algo habría cambiado, que tras tropezar con alguna piedra que otra en nuestro camino, habríamos labrado uno donde no tendríamos que tener ningún miedo a tropezar.
Volviste a ilusionar, como aquel niño que abre un regalo para su cumpleaños y plasma la sorpresa de aquello que llevaba tanto tiempo anhelando para conseguir, volviste a enseñarme la cabeza de ese pez, pero esta vez espero que la cola, siga intacta por mucho tiempo.
