Sigo sin saber qué escribir cuando no te escribo a ti. Trato de intentar dormir por las noches asimilando este cambio, esta vuelta a la felicidad que lleva tu nombre y forma parte de una nueva vida, pero no puedo. No quería que fuese así, pero nadie elige qué desear, ni a quién querer, ni de qué manera. Si nos hemos convertido en todo lo que necesitamos para respirar, ahora no es nuestra culpa, es solo un paso más. Han bastado 6 días para hacerme creer, para darme un motivo por el que seguir viviendo, y ahora mírame... perdiendo la vida por tu culo aún sin saber quien eres. Y es que quizás no haga tanta falta, porque sabemos que estamos hechos de la misma materia que los sueños y eso nos mantiene. Porque sabemos que se puede, porque la suerte nos mima, nos da la mano y nos ofrece. ¿Pero sabes? Ojalá el mundo se hiciera tan sencillo como decirte lo que siento. Ahora todo es distinto y mejor.
Recuerda que sólo es el principio. Me queda mucha vida que regalarte,
y mucho infinito por construir-te.
