Casi todos
sentados sobre sus tumbas.
Los que permanecían de pie
se habían adelantado.

Algunos
en los techos de los panteones.
Graves, contraídos, calvos
o con los pelos extremadamente largos.
Pálidos como si nunca hubieran tomado sol.
Viejas con las pelucas torcidas, hombres abatidos,
muchachas
con los ojos pintarrajeados.
Actuales y pasados de moda,
eminencias y sencillos.

Serios
como si de ese instante
dependiera el resto de la eternidad.
No eran marrones, con la ropa hecha harapos
o los huesos a la vista.
No tenían las mandíbulas salidas, el cuerpo con moho
ni olor desagradable.
No había un mísero gusano.

Tan quietos
que el viento apenas movía el dobladillo de una mortaja.
Y todos me miraban
como si yo fuese el espectáculo y no ellos.
Yo el aparecido.
O el recién llegado.

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2 Comentarios

• 

  Agora

  uf, no se si humor tétrico... fotos de escalofrío, menuda reunión para recibir al aparecido...esa quietud da mas miedo
  saludos!

  21/06/11 12:06

• 

  Buitrago

  Joer!!.......... que pedazo de imaginación la tuya amigo. Espero que seas el recien llegado algun día si, pero lejano.
  un abrazo
  
  Antonio.

  24/06/11 12:06