Afuera
ruido de gente,
perros,
autos,
pajaritos
Hasta el sol hace ruido.
Adentro
solo el silencio
del motor de la heladera
cuando arranca.
Leer no ayuda,
escuchar música
ahora
me taladra.
Entreabro la puerta
para agotar la esperanza.
El reloj
bicho caracol
se mueve
a una hora por minuto,
y mi ansiedad
lo para.
Ya no soporto
el intervalo
entre dos nadas,
llenar mis pulmones
con los con los helados
puñales de la casa.
Me agrieta la necesidad
de trepar hacia abajo
hasta ahogarme
en la oscura desazón.
Ni un mal recuerdo
me precinta
a este lugar.
Me retiro abatido
con la llaga
del bochorno en la garganta.
Abro la puerta
que me lleva directo
a la rutina
y tú
llegas retrasada.
Genial poeta, genial
Un abrazo
Antonio