Los milagros no perdonan
nuestra apuesta a la rutina,
pero saberte flor de pétalos deseosos
de que llegue abejorro
sin gracia y sin estilo
a embriagarme
en tu aroma y tu belleza,
a libar sin apuro
tu néctar prometido
(mientras yo sobrevuelo
jardines incoloros),
me confiere poder
para lavarles la cara a los milagros,
esconder la rutina en los húmedos desvanes
y esperar impaciente
a tu amor reverdecido
Querido Toto, un placer del que no me canso. Leerte
Un abrazo y feliz noche en familia
Antonio