En las películas de ciencia ficción,
en las antiguas,
las máquinas tenían voces de mujer,
y los actores
se enamoraban de ellas sin reparos.
Hasta que , claro, estallaría
la nave en mil pedazos
y había que dejarlas
después de correr
y tirotearse con los malos,
mientras ellas,
con voz de teleteatro,
contaban hacia atrás
y debían apurarse
porque en cualquier momento
explotaba todo
como un calefón con pérdida de gas
mientras la nave pequeña
que siempre había esperado
transportaba al héroe
y a la flaca actriz
de huesos como palos,
y se alejaban contentos
mientras su amada
sucumbía feliz
después que con un cero
acababa de salvarlo.
Querido amigo Toto, nunca me habia parado a pensarlo, pero es verdad... hasta que punto son malas que el cine como ejemplo las selecciono jajajaja
un abrazo
Antonio