"Ámame no con cantos ni con flores,
ámame no con versos y arrullos...
No quiero fingidos amores.
Ámame con los tibios fulgores de tu alma tierna y con tu orgullo.
Ámame no tan sólo en el momento en que arranco de tus labios un suspiro...
Ámame con el pensamiento,
con un sublime enajenamiento,
que pueda sentir de tus ojos de zafiro.
Ámame con tu corazón,
con el mirar de tus ojos queridos.
Ámame con versánica obsesión,
ámame con lágrimas de pasión...
Así como yo te amo con mis gemidos..."
María Cristina Ríos.