Y de repente ocurre que te enamoras. Que ves a esa persona y te hechas a temblar. Que tu vida da un cambio, que las 24 horas del día se las dedicas a él con los sueños por la noche y pensándole por el día, sin descanso.
Ocurre que todo te sale bien, que deseas levantarte por las mañanas para verle, pero en esos momentos... Simplemente eres su amiga.
Pasa el tiempo y la confianza aumenta. Ahora es más las veces que os miráis, más los momentos que pasáis juntos, más el cariño que os cogéis... Hasta ese día, ese día en el que te confiesa que te quiere. Crees que estás soñando que es mentira, que te está gastando una broma pero él te besa y te cuenta al oído que va en serio. Al principio todo va tan bien, tu cuento, tu vida de color de rosas... Pero todo tiene un final. Y te cuesta aceptar que ya no lo tienes, que los "te quieros" no volverán, que los besos se quedarán en el aire y que aquellos momentos, en el recuerdo. Él rehace su vida... Y tú al cabo de los tantos meses... Sigues pensando en él. Ya ni te mira, ni te habla, ni hace el intento de rozarte cuando pasa a tu lado. Y te preguntas: Él lo ha conseguido, ha conseguido borrarme, estar con otra, olvidarme, girarme la cara, incluso ha conseguido echarme de su vida. Por qué entonces yo no puedo? Ahí te das cuenta quien de los dos dijo "te quiero" y quien de los dos dijo "te quiero para un rato"...
Me encanta! Y te das cuenta de que esa persona no vale la pena pero no lo llegas a admitir del todo por que la quieres y cuesta mucho admitirlo!
Muuy bonito!