Todos nosotros somos iguales:
Tenemos dos ojos, un par de orejas, una nariz, veinte dedos, dos brazos, dos piernas, la gran mayoría ... casi siempre en las mismas proporciones, masomenos, como el dibujo ese de Da vinchi "hombre de Vitruvio".
O sea , todos tenemos el codo casi en la misma distancia en relación con las muñecas y los hombros, dentro de un margen de tolerancia, claro.
Todos tenemos una sola cabeza , las mujeres, claro, los hombres tenemos ... (cuento dos?) ... una, y bueno, algunos no tienen ninguna y les dicen que son unos "cabeza", justamente porque no tienen cabeza. Que paradójico, no? que es el mundo. A mi papá cuando era chico le decían chupetín de ballena y sonajero de king-kong; y ahora le dicen... cabezón.
El otro día estaba sentado en la plaza y pasó un gordo en bicicleta, y me dí cuenta de que todos nosotros somos gordos, y después pasó una flaquita alta y después otra, y otra, y después una petisa pero también flaca, y otra más, y después otra más, todas flacas.... y después pasó una media rellenita y se tapaba , como que llevaba algo, pero no llevaba nada, pasa que se tapaba porque le daba verguenza de que nosotras somos gordas también, aunque no salgamos en la televisión ni nos pasen el photoshop , y no tengamos las tetas hechas.
Y pasó otra flaca, con unos ojos hermosos, como los míos, lo digo con sinceridad y nada de narcisismo, que digo parecidos! Iguales a los míos! compuestos por los mismos tipos de células, dispuestas en un patrón molecular idéntico a los nuestros, con pupilas, iris, corneas y todo, igual que los nuestros; me miró y yo me dí cuenta de que me miró porque yo también la estaba mirando, como nos miramos siempre todos nosotros, con los ojos ...
Después un tachero bajó la velocidad en el semáforo de Crespo y yo lo miré, y el también me miró un instante , así como en una película, mientras le daba el verde y el también siguió con sus pensamientos , parecidos a los míos , igual que yo en la plaza pensaba dentro de la digase rama, o rango de pensamientos dentro de los cuales todos nosotros pensamos.
Algunos tenemos la cara de pizza bien redonda y otros tiene panza.
Carlos tiene los pomulos saltones ,y de chiquito a él lo agarraban (me agarro el cachete) y le decían "que lindo nene!", como dicen algunos abuelos.
Sebastián tiene el pelo negro, lacio. Angélica tiene rulos, a Érico lo pelaron porque se recibió de algo en la facultad, el negro tiene labios gruesos, como la morocha y la blanquita esa de la esquina que parece que toma sol a la noche , en el sótano, como "el transparente", y como "el gordo", "el pálido" ... Michelín , que hace negocio con las llantas, mientras Agustín se gana la vida vendiendo panchos y Martín como corredor de cereales, Natalia corre la maratón de canal 5 y otros corren la liebre, limpian vidros de prepo, o corren la coneja.
Todos nosotros somos distintos:
Juana no para de hablar y ni se escuchan cuando hablan con Gladis, las dos al mismo tiempo, una voz encima de la voz de la otra, como cantando en canon, hablando en contrapunto.
"Si tenés dos orejas y una boca, escuchá el doble de lo que hablás" decía un horóscopo en un chicle bazooka que una vez leí, y ellas lo vieron también, al chicle, cada una en su momento, pero estaban hablando en voz baja con ellas mismas mientras masticaban, por eso lo leyeron pero no se escucharon lo que decían.
Nosotros somos hombres, mujeres, niños y viejos, altos, bajos, gordos, flacos, lindos, feos, sabios, tuertos, rubios, inciertos, callados, coquetos, fiesteros, colados, tristes, desolados, amargos, quedados, frenados, frenéticos, furtivos, casados, parientes lejanos, queridos hermanos, alegres, felices, amigos unidos, pesados, peleados, contentos, simpáticos, sonados...
Por la esquina pasa en bicicleta un pibe que se vé que viene de trabajar , con la ropa toda sucia, masticando un bizcocho, mientras una dama, con el cuello de la camisa todo sucio por el smog de los 13 millones de autos que pasan por hora en la calle Córdoba, (ella no se dió cuenta todavía que tiene el cuello sucio, aunque sí se vio algo negro, en los puños, cuando se dé cuenta!!!... la lavó ayer a la camisa, bah la metió en el lavarropas nomás, ese que te la saca planchada a la ropa), para el auto y se mete el dedo en la nariz y a mi me surge la duda y me pregunto: cuanta gente se estará metiendo el dedo en la nariz en el semáforo en este momento? ; pero también siento "Yo Soy otro de nosotros" , diferente, sí, aunque no en escencia.
"Yo Soy otro tú" , "Im lakech" como se saludaban los indios mayas, "yo soy otro tú" dentro de la gran variedad de narices, orejas, espíritus, razones y pensamientos... "Yo Soy otro tú"... y a la vez somos tan diferentes ...
Los bonitos enormes ojos de Dámaris, la cara de Adrián, la cara de mi viejo, Gerardo, los ojos de mamá, los de la tía Aida, la abuela "ñata", el tío "negro", el primo Pablo, la prima Laura.
Todos somos diferentes, muy diferentes, y aunque se cansen de vernos no se van a acostumbrar, y aunque le expliquemos hasta el hartazgo no van a escuchar y nos dirán que nosotros, los chinos, somos todos iguales.