Martín, Juliana, y Tiago hablando en el comedor de casa de Tiago.
Charlas superfluas, miradas íntimas disimuladamente calmas.
- Está lindo para tomar una cerveza - dice Tiago .
Es pleno Verano en América del sur, una cerveza bien helada es un buen refrigerio, al que los tres consienten.
Juliana, la novia de martín:
- Martíiiiin .... te toca a vos ir al kiosco - dice .
Martín acepta con pocas ganas, un sentimiento enorme crece en su interior.
Está contenido, no aflora más que por los ojos, lo transpira .
Martín va al kiosco que está a unas 7 cuadras de la casa de Tiago, que se quedó esperando con Juliana.
Compró las cervezas.
Ya mas angustiado volvió sigiloso, como gato en la noche, aunque a pleno sol, a casa del amigo.
Sus latidos crecían en volumen a medida que se acercaba a la puerta.
Con una explosión de adrenalina descubrió que no había cerrado la puerta con llave, con lo que bajó el picaporte en segundos eternos, el corazón aturdiendo sus oídos.
No escuchó más que los latidos de su corazón y su respiración entrecortada, agitada.
Entro despacio al hall ... un paso ...lentamente otro ... eternamente otro paso, en silencio, no se oía nada que proviniese del pasillo que daba al comedor, ninguna voz donde aún intuía él que estaban Tiago y Juliana.
Una valiente cobardía lo invadió, y sigiloso, volvió sobre sus pasos.
Con mucho ruido abrió la puerta como si hubiera estado cerrada con llave, y entró, aparatoso.
En ese mismo instante las voces de Tiago y Juliana volvieron a sonar prosiguiendo una charla superficial, que Martín supo que no era continuación de nada, pues recién había comenzado.
- Gracias , amor - dijo Juliana, al llegar Martín al comedor.
- De nada- dijo él, al momento que recibía un beso de la boca de ella... sucia ....
Guauuuuuu!!!!!!!!!! tri?ngulo... Me gust? la forma de tu texto, genial. Felicidades, saluditos