Adios. Me dijo en voz baja mientras el tren se acercaba y me iba separando sin piedad del refugio de sus brazos. No quería marcharme, ni abandonar el latido de su corazón que me traspasaba el alma mientras me perdía en su abrazo. Todavía hoy lo recuerdo de pie en el andén. Nunca lo había visto llorar, pero ese día me despidieron sus lágrimas, acompañadas de un beso que lanzó al viento y que se estrelló contra la ventanilla. Instintivamente coloqué mi mano en el cristal, pero suavemente y sin poder hacer nada, se resbaló y lo perdí para siempre.
Carajo... , leer esto en este momento preciso.
Bueno , me resulta algo patético decir >.< , pero... , es la mejor manera de que veas hasta donde me llegó. Lloré.
Hum.
Gracias a todos por dedicarme tiempo y unas letras maravillosas. A mí también me emociona lo que me decís. Gracias de verdad. Un placer "leeros" a todos vosotros.