Nadie. No, nadie. Nadie dirá que no siento. Nadie dirá lo que pienso. Nadie decidirá mis opiniones. Nadie, afirmará que miento. Nadie, nadie, ni tú; nadie, sabrá discernir la verdad de mi mentira, la realidad de mis sueños. Nadie, salvo tú, podrá vivir en ellos.