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Aquí Estas.

De su mano pegada a la mia recorri mil caminos para encontrarla. De mi mano pegada a la suya se aferro de los demonios de la noche y la cuide. La protegi sin saber si quiera protegerme a mi misma y segui. No habia mas, nada mas que ella y yo recorriendo el oscuro bosque encantado, buscándole sin siquiera saber donde podría llegar a estar. No sabia nada, ni su aspecto. No la recordaba, no recordaba a nadie en absoluto. Siquiera a la pequeña de ojos verdes que tenia envuelta en mis brazos... solo sabia que tenia que buscar, que seguir, debía encontrarla y ni sabia porque. ¿Que es esto? ¿Esto es mi laberinto? ¿Que soy, donde estoy? ¿Quien es ella? Tenia millones de preguntas y ninguna respuesta... Ella.. Ella tenia la solución y no sabia donde mas buscar. ¿Que busco exactamente? ¿A quien busco? Tenia la cabeza tan apagada que no podía pensar, hacia frió y aquella criatura me envolvia la cintura dejándome sin aire a causa del miedo.
-¿A que le temes?
Era la novena vez que hacia la misma pregunta y lo único que recibía a cambio era un apretón mas fuerte. No pensaba en dejarla, no iba a abandonarla , aunque no supiera ni su nombre ni como había terminado allí conmigo. Había salido de un arbusto lleno de hojas amarillas y se apego a mi como un bebe encuentra a su madre. No había maldad en ella, la quise. Los arboles formaban grandes sombras siniestras y las hojas crujían por algún que otro animal. Realmente era tenebroso, pero no podía volver, no podía parar, la solución estaba detrás de todo esto.
-¿Quien te trajo aquí?
Suspiro llena de pánico y me soltó. Su cambio repentino me asusto , pero espere a que hablara o hiciera otro gesto que no sea miedo. Sus ojos estaban rojos e irritados, su boca quebrada a causa del frió y su piel pálida como la porcelana. No respondió, no se movió, solo me observo de una forma que no lograba descifrar. Su silencio me alteraba, me irritaba, y cuando iba a romperlo con otra pregunta, sus ojos se agrandaron por algo que venia detrás de mi y grito. No respire, no sentí, no temí, me gire y todo como desapareció, volvió al mismo lugar. El enojo y la confusión me cegaron en cuanto vi que nadie o nada había y cuando intente buscar su rostro, ella ya no estaba. Corría a unos metros de mi como si algo realmente la persiguiera. Miraba a la nada, algo la estaba atormentando y no era yo. Intento volverse hacia mi, pero algo no la dejo, esquivo el aire y siguió corriendo , gritando un nombre que no conocía. Era la primera vez que escuchaba su voz y fue raro, había algo... ¿Quien eres? La vista se me nublo al recordarme a mi misma, frente a un espejo quebrado por millones de emociones. Me vi, la vi, ella y yo eramos la misma persona atormentada por los mismos sentimientos, pero buscando resultados diferentes.... ¿Soy yo? ¿Eres yo? No pensé. La seguía, no supe el porque, pero la seguí. No me preocupaba el porque de su ataque repentino, solo tenia curiosidad. Su grito me aturdía, estaba desorientandome mas y mas a medida que corría, me costaba respirar y incluso podía tragar. ¿Que diablos? No pude seguir, sus ojos me pedían ayuda a gritos, pero por mas que lo intentara no podía. Había algo mas definitivamente ahí que me obligaba a quedarme donde estaba. El miedo comenzaba a atormentarme, pero contuve la calma. Solo conseguiría cegarme y terminaría perdida.
-No puedo mas. ¡sácame!
Mi inconsciente pidió a gritos su voz. Quería salir, quería irme, quería huir de ese espantoso lugar que me reprochaba una u otra vez cuan sola había estado. Mi alma había desaparecido y no podía encontrarla. Ya no había tiempo, debía volver y necesitaba saber que no la volvería a dejar. No tenia dirección ,destino, absolutamente nada sin ella. ¡Te necesito!
-Dudaba en que fueras capaz de volver a encontrarme.
Volví a respirar y la calma volvió. Sonreí como acto reflejo y la mire. Arrodillada en medio del bosque, ella me observaba desde arriba con una sonrisa débil en su pálido rostro. Perdonarme era algo que hacia con frecuencia, tenia que amarme ,nunca me dejaba sola al fin de cuentas. Me daba lecciones y siempre terminaba perdonándome ... Me levante en cuanto mis ojos comprobaron lo que estaban viendo, y no dude mas. La abrace, la pegue a mi y la uní sin mas. Sentí el frió y como mi pecho se abría de golpe, me queje. Pero eso no dolía mas que el tiempo a solas que había tenido con aquella niña perdida. Con aquella otra parte de mi que no me dejaba ver la realidad, pero ahora... Allí estaba. Sonreí. La sentí.
-Aquí estas.
Me libere. Sonreí.
Universo06 de febrero de 2015

2 Comentarios

  • Superandoloimposible

    Un argumento espectacular que te atrapa y engancha desde el principio, manteniendo la tensión en todo momento. Te recomendaría revisar algunas tildes. Un beso.

    07/02/15 12:02

  • Universo

    Muchas gracias. Voy a tomar en cuenta su consejo! Otro

    07/02/15 06:02

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