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Lo que El Tiempo Se Llevó.

En busca de respuestas, encontré más preguntas. Huí de mí, corrí hacia la oscuridad y solo me deje llevar. Solía ahogarme dentro de mí propio vaso, llenarme de dudas y frustraciones en cuanto algo no iba bien. Una lucha interna que no podía manejar, se manifestaba en mis ojeras negras, en los ojos cansados y la piel más pálida de lo normal. Buscando a gritos ayuda, pidiendo por favor que esto parara. Pero no paraba. Simplemente empeoraba.
Asique llegue a flote en aquel vaso podrido y hui, está vez sentía como las sincronizidades del tiempo me iban guiando, como si de repente un bosque terrorífico empezará a dar paso dentro de mí propia cabeza, esquivando ramas y árboles hasta encontrar refugio. ¿Pero, refugio de quien?
Me frene por completo en cuanto pensé esa pregunta, sabía mis límites y mis sombras. Aqui no había nada más que yo no hubiera dejado entrar, ni nada que yo no hubiera creado. Pensé en mí inconsciente que es lo que estaría escondiendo que aún no podía ver... grite al cielo cubierto de nubes negras ¡Déjame ver! ¡Hazmelo ver!
Y en cuanto termine de hacerlo, unos murciélagos salieron de aquellos árboles tan violentos, escapando de algo que los había asustado, se escuchaban ruidos de animales huyendo y las hojas se movían más y mas.
Hasta que lo vi.
Sentí que mí corazón dejo de latir y por acto reflejo corrí, escuchando sus pasos detrás de mí como si me quisiera cazar, solo corrí intentando encontrar claridad. Buscando algo más que refugio, más que una salida en mí propia oscuridad.
Ya dejaba de culpar al exterior y a las personas, ahora solo me culpaba a mí. Esto era mí culpa, mí responsabilidad.
Quizás mí estado de conciencia me estaba revelando que esto tenía que terminar.
Y así fue.
Salí de mí zona de confort y abandone mí cuerpo , está vida no era la que hubiera elegido pero a lo largo del tiempo todo tendría un por qué.
Tomé aliento y seguí, las respuestas llegarían como las pequeñas luces que aparecían a mis costados intentando desorientarme y algo me tomo por los pies , pero no grite. Sentía miedo , como el frío me recorría el cuerpo y un grito clavado en mí garganta queriendo salir. El choque de mí cuerpo contra el piso negro se sintió como si estuviera rompiéndome en mil pedazos. Porque si, así me estaba sintiendo yo. Trate de escapar ante esa mano helada que me cortaba por la mitad el tobillo y patalie, no podía vivir así una y otra vez, años marcando el mismo dolor , años donde nada progreso.
Solo mí dolor .
Y su violencia.
Envuelta en una mentira interminable, como si quisiera tapar la luna con un dedo. ¡La realidad no se podía ocultar más!
Grite con tanta fuerza que ya no era mí responsabilidad, que ya no había amor, que no había nada más que yo y mí amor propio. Pero las luces aumentaban su intensidad, la mano me arrastro de un tirón tratándome de devolverme al agua... Pero, ¿Que más tenía que hacer? ¿Siempre iba a volver? ¡¿Por qué?!
Pensé en las noches dónde el insomnio me atormentaba y el nuevo día me torturaba, donde la cabeza era mí peor lugar para estar y el sueño una paz temporal hasta que las pesadillas venían por mí una vez más. Una vez más, una vez más...
Me di vuelta y sin saber cómo, me safe de aquella mano que tenía nombre y apellido y me levanté.
Está vez , abría un final.
Me enfrente cara a cara con el diablo, sus ojos avellana brillaban bajo la luz de la noche oscura y sus manos estaban negras, se sentían sus ansias de mí vida, ansias de violencia. Podía sentir como su actitud fría estaba tan en calma, como si no sintiera absolutamente nada más que hambre de dolor y angustia.
Di un paso adelante y no aparte la vista de sus ojos.
Hoy, habría un final.
Hoy, eras el final.
Corrí hacia el y el hacia mí, ambos cuerpo chocaron como hielos entre sí y solo creí en mí, que está vez luchar era la mejor opción.
Saque fuerzas desde el corazón y me deje llevar por la intensidad y la electricidad que me hacía sentir cada recuerdo doloroso por el que me hizo sufrir, sentir sus manos en mí cuello, ver mí rostro despedazado de tristeza frente al espejo, verme tratando de luchar contra el mundo por fingir que nada pasaba y con los ojos cerrados podía sentir su cuerpo que me quemaba como el hielo en cada extremidad de mí cuerpo. Di un paso hacia atrás casi perdiendo la estabilidad, su fuerza me estaba torturando, pero un recuerdo se me clavo en el corazón y la electricidad se me disparó con una fuerza que ya no podía controlar.
Esta... era... ¡MI VIDA! ¡NO TUYA!
Cerré los ojos y di un empujón hacia delante, los músculos se me estaban atrofiando del frío y dolor, quería gritar pero me ganaban las ganas de expulsar de mí cuerpo todo lo que ya no me pertenecía... Y así fue.
Solté un grito desgarrador, tomando fuerza junto con aquella electricidad que me recorría cada parte de mí cuerpo y cuando abrí los ojos, pude ver cómo se iba alejando más y más. Pero no era yo el motivo de su derrota , era lo que se me desprendía del cuerpo, aquella electricidad de alguna u otra forma lo quemaba , podía ver su rostro desesperado en un intento de huir , ya no se defendia. Sus ojos se iban ablandando a medida que se acercaba la hora.
Ya no hay tiempo para el dolor, ya no hay tiempo para ese dolor...
Fijo sus ojos en mí y se dejó caer, sus rodillas se quebraron y podía escuchar sus huesos, hasta q se fundió por completo en aquel suelo negro.
Caí, como si mi fuerza se hubiera ahogado por completo y suspiré.

Casi inconsciente abrí los ojos y desperté en medio de un campo de lavandas, el sol brillaba con una intensidad agradable sobre mí rostro...y sonreí.
Estaba a salvo.
¡Hoy volví a nacer!
Universo30 de junio de 2022

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