Y corrí lejos de vos, de los recuerdos que me habías dejado y de tus ojos tatuados en la conciencia. ¡No podía más! ¡No podía más! Amarte cuando no podía tenerte, amarte cuando ya no quería amar más y sobre todo, amarte y que no sea mutuo.
Mis impulsos me ahogaban bajo la oscuridad y muchas veces, me salvaban. Pero esta vez, me mataron del todo. O al menos eso pensaba, pero la realidad era que tenía un infierno personalizado, despertaba con su voz y me dormía con su risa. El masoquismo mi amor, me perseguia durante el día y solía alcanzarme las mayores de las veces. No quería amarte más, no quería sentirte más.
Bajo la luz de las estrellas, sentía tu presencia, tu dolor como si fuera mio y lloraba, todos los días, caía cada vez que intentaba ponerme de pie y muchas de otras veces, también gritaba. Tu nombre una y otra vez, amándote de a ratos y odiandote otro poco. ¿Eso mismo, no era el amor? ¿De esto no se trataba todo el tiempo?
Instale muros dentro de mi, borre y rompí todo lo que tenía que ver con vos, pero todo volvía a su lugar cuando... Cuando ya no daba más.
Como hoy.
Huyendo de vos, deseando volver sin vos, aunque en el fondo era consciente de que esto... Era amarte.
Nunca saldrías de mi, de eso también estaba consciente. Tocaste mi alma y la acunaste, alteraste mis sentidos y los acostumbraste. Si, mi amor, ¡Jamas te irías de mi, aunque todo estuviera roto y destruido, jamás dejaría de amarte!
Mirando tus fotos, derrame las lágrimas de una despedida interminable, de un luto que no tenía final. ¿Algún día, me despertaría sin tu voz? Porque aun te escuchaba, aun sentía tu alma en dos y ese corazón lleno de odio por mis errores. Pero... ¿Cuando ibas a dejar de tapar lo bueno? ¿Cuando mi amor?
Lo malo nubló todo lo bueno, si, pero ¿Que fue de lo bueno?¿Donde lo guardaste? Porqué algún día aparecerá y yo, quizás no esté más.
Sonreí.
Ojalá, no esté más. Ojalá tenga el poder de no amarte nunca más y partir. Ya no me necesitabas, yo ya no soy nada en tu vida y es lo justo. Justo para levantarte y salir a flote, solo.
Sin mi.
Y yo... Yo mientras te observare triunfar, deseándote lo mejor y quizás me hunda otra vez en tus brazos y desaparezca. O... siga acá hasta que alguien venga a rescatarme.
¡Ojala, seas vos!
¡Ojala puedas y seas vos!

-Te amo.

Y eso era la única verdad que tenía.

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