En esta noche gris, con penas, solo escribo.
Escribir, el arte entre las palabras y el sentimiento.
La única forma que toda mi vida tuve de sentir , de vivir , de expresar… De gritar entre letras todo el amor que alguna vez sentí.
Todas las penas que me ahogaron.
Todo el dolor que alguna vez me mato. Y aún me sigue matando. Por las noches, en algún recuerdo o canción.
Quizás sea parte de mi, en algún lugar, quizás mi nombre sea algo más que eso. Una definición, un resumen de mi vida. De mis hábitos, de mi familia, de mis amigas que tanto tiempo me salvaron. De mis gustos. De mi hijo, que me resurgió de la muerte. De los amores, aquellos que me supieron amar y los que no. De mi vida como una brújula rota sin saber a donde o hacia dónde ir. Sin destino. Sin rumbo. Solo un viaje. Unos cuantos, ya van casi 30. Sisi, el tiempo paso y ya van casi 30 años. Del que estuve enamorada. Feliz. Triste. Destruida. Muerta. Y viva a la vez.
Quizás esto sea un resumen, de mi vida en pocas palabras. Quizás este encuentro conmigo solo me dice una cosa.
De eso se trata de vivir.
Con la mano de mi hijo rosándome los pelos, con un abrazo suyo por las mañanas me arranca de la monotonía del día a día, del tiempo.
Para arrastrarme conscientemente al presente y disfrutar esos ínfimos segundos acunandonos corazón con corazón. El que alguna vez fue uno.
Y ese momento quería tatuarlo.
Me hacía llorar. Siempre me hacía llorar, de amor quizás. Quería recortar esa parte del día para ponerla en un cuadro.
Mi amor , ya van casi 30 años . Entre versos y abrazos, entre versos y llantos.
Estaba yo.
Al menos lo que hoy conocía como Antonella.
Quizás mañana, sea otra, quizás mañana sea una nueva versión.
