¿Princesa caprichosa me llamas?
Te corregiré mi pequeño niño.
Quieres únicamente lo que no puedes tener.
Juegas a herirme cuando mis besos te persiguen.
Lames manso y en silencio tus heridas cuando soy yo quien te daña.
Ahora tu deseo es totalmente imposible,
lo que hace que el deseo te mate por dentro.
Y aún en medio de tanta sangre,
me sigues nombrando princesa caprichosa.
¿No lo ves, cachorrito solitario?
Todavia tienes muchas cosas que aprender...