Te pareces a mi alma,
cuando callas y me miras.
Te pareces a mi sombra,
cuando me acompaña entre espinas.
Puedo escuchar el salpique del riachuelo,
y aún lo confundo con tu risa.
Puedo sentir que la luz de la luna me ilumina,
y aún lo confundo con tu mirada.
Y sin más vueltas,
doy un grito de dolor,
tan fuerte, tan intenso
que casi parece un ''te quiero''.
Y sin más vueltas,
te encuentro al final del riachuelo,
donde se mezclan nuestros aromas,
donde te chocas con mi mirada,
donde me confundes con tu alma,
donde inunda nuestro silencio.