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Gotas de Amor

Si su corazón no me pertenecía a mi, no permitiría que fuera de alguien más, se lo murmure al oído una noche hermosa entre caricias y besos. Él lo sabía y por lo tanto tenía qua hacer las cosas bien.
Desde el comienzo todo fue complicado, sus pensamientos estaban ocupados y yo únicamente sería aquella persona que lo acompañaría en su dolor, que limpiará sus lagrimas que intentaría sanar su alma, sin embargo todo se salió de control, el tiempo, la convivencia y fragilidad hizo que todo se acelerará. Mi falta de amor inminente y un hueco que llenar provoco la vulnerabilidad originada por el mar de atenciones, halagos y sentimientos que decía tener. Me sentía tan feliz viviendo mi propio cuento de hadas; parecía ser el hombre perfecto que llenaba mi ser de todo lo que buscaba y necesitaba.
Siempre creí que todo iba muy aprisa, lo que comenzó como un escape a sus problemas se convirtió en un amor tan fuerte que no me importo nada de lo que la gente decía y decidí arriesgar lo único que hace tiempo no quería arriesgar, mi corazón con una variedad interminable de sentimientos que tenia resguardados para la persona que pudiera mostrarme un poco de luz. Le regale en una canasta tejida de ilusión, cada especia de lo que sentía, le di todo lo que poseía y más de lo que creí tener, conocí emociones las cuales no sabía que tenía y todo para que él estuviera bien, en ocasiones me sacrifique por una utopía.
Después de algunos meses juntos todo se comenzó a complicar, deje de entenderlo de verdad ya no lo comprendía lo que hacía ni a que jugaba, el príncipe fue perdiendo en encanto. Mi amor se sintió herido y mi ser indignado, lo único que quería era estar entre en sus brazos y escuchar salir de sus labios, te amo. A pesar de la esperanza hacia lo que él decía que sentía, esto día con día se volvía más lejano y no quería seguir con su juego, pero tampoco podía dejar ir a ese ladrón que se robó lo único que tenía.
Después de algunas lunas sin poder mirar sus ojos, los mire de nuevo. Pocas horas juntos bastaron para revivir aquel fuego que emanábamos al besarnos. Fue un momento único, hermoso, fantástico… pero el momento de la encrucijada llego, el destino le tenía algo preparado para él. Se quedo dormido, recostada sobre él su pecho tibio me invitaba a seguir a su lado, me levante intentando hacer el menor ruido, fui al baño, tome mi labial carmesí y me pinte los labios. Acomode mi cabello, fui hacia mi bolso y lo saque, aquel amigo que desde años antes me acompañaba escondido en mi interior. Me puse de pie a lado de él, uní dulcemente sus labios a los míos y le susurre al oído – tu amor es mío o de nadie. Mi traicionero caballero entre abrió sus ojos, me vio con su falsa mirada dulce, sonrió y los volvió a cerrar. Tome a mi compañero con ambas manos y comencé a dibujar su camino a la eternidad; una, dos, cinco, diez , tal vez fueron quince veces que mi amor entro hasta su corazón y salió, una y otra vez, así como lo hacía él lastimándome sin dejar herida aparente. Me percate que seguido de la primera vez despertó y en la tercera o cuarta ya era inmortal, sin embargo tenía tantos te amo guardados que necesitaba sacar.
El último capitulo del cuento de hadas se escribió, algo diferente al habitual. El príncipe recostado en su cama, tan quieto y lleno de paz, a lado la princesa salpicada de gotas de amor y con gran temor, recostada en su pecho diciéndole te amo.
Violet09 de enero de 2012

2 Comentarios

  • Polaris

    Te felicito, me ha cautivado.
    Pol.

    10/01/12 03:01

  • Violet

    Pol, gracias por tu comentario me siento muy honrada.
    ** Saludos**

    16/01/12 06:01

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