Sólo... un Poco Paz...
02 de mayo de 2011
por violeta
Me he levantado y he mirado por la ventana ese cielo gris que cubre mi día de hoy. Hace tiempo que no deja de acompañarme cada día que me levanto.
Siento como me van dando golpe tras golpe. Y encima de un moratón hace más daño. No llegan a cicatrizarme las heridas cuando tengo otras por curar. Y es que hace tiempo que vivir se me puso cuesta arriba. Y no sé qué es lo que debo hacer para cambiar las cosas. No sé si el problema es de los demás o es mío. Lo cierto es que estoy harta de todo esto. Y me rondan tantos pensamientos por la cabeza que no sé a cual debo de hacer caso.
Son estos días cuando me planteo si realmente merece la pena luchar. Si la recompensa obtenida iguala las pérdidas. Si el engaño puede superarse. Si todas esas cosas buenas que dicen existen o no son ciertas
No puedo parar el dolor, no puedo dejar de llorar. Esta vida ha sido tan dura que apenas tengo fuerzas. De la cuna a la tumba ¿cuántas piedras hay en el camino?
Si alguien quiere saber lo que es el dolor... Si alguna vez alguien tiene curiosidad por saber hasta donde llega el mal, que me lo pregunten a mí, llevamos muchos años viéndonos las caras. Cualquier pregunta sobre las desilusiones, las tristezas y el odio pueden hacerlas. Han encontrado a la persona indicada.
Supongo que todos han sentido el engaño de alguien querido. Yo también, casi de todas las personas que dejé que formaran parte de mi vida. Siempre andando con pies de plomo para luego caer barranco abajo. Dicen que cuando más lo necesitas, siempre aparece alguien que viene a socorrerte
Confié demasiado en alguien, creí que brillaría como la luz de un ángel. Pero me engañó. Fue solo un hombre, y es todo lo que pudo ser..
No puedo dejar de equivocarme, como si tropezara una y otra vez con la misma piedra.
Pero ¿cómo se supone que debo de ver las cosas? No entiendo que hago mal. Cuando intento levantarme siempre hay alguien que me vuelve a dar una patada. Saben, el agujero es cada vez más hondo. El hecho de salir me hizo madurar para poder ser un poco más fuerte. Pero como bien se sabe, todo lo que sube, termina bajando.
Perdí la fe. Cuando más necesitaba la ayuda de alguien mi religión me dio la espalda. Solo buscando una oración que calmara mis dudas. Solo buscando un consuelo. Intenté recuperarla buscando en todas las religiones sin éxito. Terminé por no creer en nada ni en nadie.
Enterré todo lo que forma parte de mí, lo que hace que sea yo. Tapé mis recuerdos, mis metas, mis sueños, mis anécdotas. Aquellas cosas que dejé en lista de espera. Las que conseguí hacer de esa lista. Y las que ni siquiera tenía apuntadas. Guardé todos esos momentos que me hicieron reír, los que me hicieron llorar. Aquellos que no cambiaría por nada en este mundo. Los guardé con todas esas personas que han pasado por mi vida, los que siguen aún y los que ya no están aquí. Sellé mis secretos, los que me contaron, y los que lo hubieran sido. Apunté en una hoja miles y millones de fechas que forman mi pasado, mi presente, mi futuro, mi vida. Y luego rompí el papel.
Ahora siento que todo se va apagando, que el levantarme todos los días para ir a trabajar, viendo las mismas caras a la misma hora, ver salir y ponerse el sol... el hacer todas esas cosas no significa que esté viva.
Amiga Violeta este texto que escribes hoy está lleno de dolor y amarguras, desengaños y tristezas, espero que no sea autobiográfico, espero que no...
Si no lo es, has conseguido llegar al lector transmitiendo pena y honda decepción por la vida. Si es real sólo me queda transmitirte mi apoyo y decirte que sigas luchando que merece la pena y que con seguridad un día todo cambiará.
Te mando saludos, escritora.