Patroclo
Voltereta,
haces pensar con semejante contraste entre la aceptación estoica de la muerte, que puede llegar en cualquier momento, frente a la angustia imaginada durante tan solo unos instantes bajo la espuma de mar.
Así llega la innombrable, con el parásito como premio a un diluvio de valentía y dignidad.
Gracias por hacerme llegar el salitre, lo llevo impregnado a la altura de las ojeras.
Cuídate mucho
15/05/20 06:05