Que pasará cuando el sol se acueste en mi ventana,
y no nos vea despiertos con el juego de las sábanas,
en las necesidades de dos personas que se aman?
Dejando vivo tu recuerdo,
en el funeral de mi triste desconsuelo
Acaso no fuí yo,
el Da vinci que a tus sueños con amor los dibujó?
Y las veces que estudié tu Anatomía,
no fué en tus glúteos que híce mi maestría?
Quién responderá cuando a tu nombre llame,
y recorrerá mi punto débil como sólo tu lo sabes?
No recuerdas los días tristes y lluviosos,
que hasta el arcoiris nos miró una vez celoso?
Después de tantas emociones
con las que me llenó tu encanto,
y me dejas en el vacío adiós de un desencanto;
Y qué de las noches donde mis manos
caminaron por tu cuerpo con elegancia,
y yo roceaba tu refugio con mi fragancia?
Por qué siembras angustias a mi ser,
si eres mi flor hecha mujer?
Se te olvida cuando desnudos y en pijamas,
más que el sexo fuímos niños en la cama?
De qué sirvió que fueras el sujeto
en mis oraciones a Dios,
y la fe porque mis sentimientos por tí se arrodilló?
Oh mujer!
si en sus labios y su sudor calmo mi sed,
por qué no se queda usted?
Ahora te vas? (William Ventura)
