Si me dejas matarte cuando nos llegue la hora partiré tu cuerpo en tres retazos y moriré en tus brazos.
Me duelen las entrañas y se revuelven en huecos vaciados.
No sirvió la regañina de antes y la de después la espero eternamente.
Apriétame hasta que salgan sollozos , que si es dolor sea nuestro. Quítame los ajenos de adentro que por mí te los puedes comer.
Luego hilvana todas mis frases en un bordado bonito y si fue a destiempo sea muerta o deshilachada me casaré contigo.