Hace apenas dos días que pereció una amiga ¡parece mentira!. Era irremediablemente joven, no llegaría a los diez y ocho años.
Murió a causa de un doble sueño. Ser bella y sumamente delgada. Deseaba, recorrer las mejores pasarelas, que traerían dólares y euros.
Una vida etérea. Ella misma me contó todo, un día. Desde los trece años había mantenido, sus anhelos de recorte. Una vida de hecha de puros tijeretazos ¡pobre niña! ¡quería ser muy bella!.
Deseo simplemente, parecerse a tantos recortes, no reconociendo que ellos están hechos de papel. Este material no puede, ni podrá jamás sostener una vida.
Según ella, tenía varias bonitas carpetas, donde iba colocando en colección, tantas ilustraciones que aparecían en las revistas. Ella, casi las compraba diariamente.
Soñó que un día lejano la vida, le proporcionaría los atributos que ella merecía, pero se equivocó. Ella renegaba de su suerte, no comprendiendo que la herencia era más fuerte.
Recurrió a dietas, cremas, pócimas, a dejar de comer y a vomitar........ Y luego vino la droga, el medio para olvidar ¡maldito medio! que contribuyó a llevar a esa niña a la tumba.
El día que la conducimos al cementerio, yo observé todo desde lejos. Vi a su madre, una mujer aún joven, que aunque no bella despampanante, pero todavía conservaba sus atributos. Ella le dio el último adiós a su hija y se marchó con el rostro inundado de lágrimas.
Sólo quedaron las hermosas carpetas, con un sin número de ilustraciones.
Ojalá, las jovencitas no se asomen a ese brillante y sepulcral mundo, que es de PURO RECORTE.
